Una manzana podrida, dice el refrán, puede arruinar el montón. Lo mismo ocurre con los empleados, pueden echar a perder a todo un equipo. De acuerdo con una investigación de Harvard Business Review Home sobre el contagio del fraude de los empleados revela que, incluso los empleados más honestos, tienen más probabilidades de cometer una mala conducta si trabajan junto a una persona deshonesta. Y si bien sería, bueno pensar que los empleados honestos impulsarían a los empleados deshonestos a tomar mejores decisiones, rara vez es así. Entre los compañeros de trabajo, parece más fácil aprender el mal comportamiento que el bien.
Para los gerentes, es importante darse cuenta que los costos de un empleado problemático van más allá de los efectos directos de las acciones de ese empleado: los malos comportamientos de un empleado se extienden a los comportamientos de otros empleados a través de los efectos de los compañeros. Al subestimar estos efectos secundarios, unos pocos empleados pueden infectar una cultura corporativa, que de otro modo sería saludable.
La historia, y los eventos actuales, están plagados de brotes de mala conducta entre compañeros de trabajo: suscriptores hipotecarios que condujeron a la crisis financiera.
¿Qué tan contagioso es el mal comportamiento?
Se descubrió que los asesores financieros tienen un 37% más de probabilidades de cometer una mala conducta, si se encuentran con un nuevo compañero de trabajo con un historial de mala conducta. Este resultado implica que la mala conducta tiene un multiplicador social de 1.59; lo que significa que, en promedio, cada caso de mala conducta resulta en 0.59 casos adicionales de esta acción a través de los efectos de los compañeros. Sin embargo, observar un comportamiento similar entre compañeros de trabajo no explica, por qué ocurre esta similitud.
Los compañeros de trabajo podrían comportarse de manera similar debido a los efectos de los compañeros, en los que los trabajadores aprenden comportamientos o normas sociales entre sí. Pero un comportamiento similar podría surgir porque los compañeros de trabajo enfrentan los mismos incentivos o porque las personas propensas a tomar decisiones similares, naturalmente, eligen trabajar juntos.
Estudios anteriores documentan que los efectos de los compañeros, son más fuertes entre las personas que comparten la misma etnia. El efecto de contagio es casi el doble si un asesor conoce a un nuevo compañero de trabajo, con un historial de mala conducta y que comparte la etnia del asesor. Por lo tanto, individuos similares, que probablemente interactúan más, tienen efectos más fuertes en el comportamiento de los demás.
Comprender por qué los compañeros de trabajo toman decisiones similares sobre si cometen o no una mala acción, puede guiar a los gerentes a prevenir la mala conducta.
Actualidad Laboral / Con información de Oink-Oink