24-09-2019

Después de que la caída de Thomas Cook dejara a decenas de miles de británicos a merced del Gobierno para que los llevara de vuelta a casa, el primer ministro Boris Johnson se preguntó si los directivos de la agencia de viajes deberían haber cobrado tanto antes del declive de la empresa turística.


En declaraciones realizadas en Nueva York, Johnson cuestionó por qué el Estado debería ser responsable de las acciones de unos directivos bien remunerados y dijo que los operadores turísticos deberían tener algún tipo de seguro contra tales debacles.


“Tengo algunas preguntas sobre si es correcto que los directivos, o quienquiera que sea, el consejo de administración, se paguen a sí mismos grandes sumas de dinero cuando las empresas pueden irse por la borda de esa manera”, dijo Johnson.


“Necesitas tener un sistema por el cual los operadores turísticos se aseguren adecuadamente contra este tipo de eventualidad.”


Thomas Cook, que gestiona reservas de hoteles, complejos turísticos y aerolíneas utilizadas por 19 millones de personas al año, tiene actualmente unas 600.000 personas en el extranjero y necesitará la ayuda de los Gobiernos y de las compañías de seguros para traerlas de vuelta desde lugares tan lejanos como Cancún, Cuba y Chipre.


Thomas Cook se hundió bajo una deuda de 2.100 millones de dólares, acumulada por una serie de desafortunados acuerdos, que debilitaron su respuesta ante los ágiles competidores en internet. Tenía que vender tres millones de vacaciones al año sólo para cubrir los pagos de intereses.


Al quedarse sin efectivo, el consejero delegado Peter Fankhauser se encontró con que sus prestamistas ya no estaban dispuestos a colaborar. Fankhauser ha ganado 8,3 millones de libras (10,3 millones de dólares), incluidos 4,3 millones de libras en 2015.


Actualidad Laboral / Con información de Reuters