¿Renunciarías a tu trabajo para irte a un lugar en el que te paguen mejor? Claro. Pero hay muchas razones para dejar tu empleo (una vez que tengas otra cosa en puerta) y todas caen dentro de esta categoría:
La vida es muy corta para irte a tu casa todos los días sintiéndote incompleto, para trabajar con un jefe terrible, para sentir que no te toman en serio o que abusan de ti. La vida es muy corta como para no ser lo más feliz que puedes llegar a ser.
Aquí hay algunas razones para que dejes de ser miserable y comiences a buscar algo mejor.
Tu opinión es ignorada o hasta no deseada. Todos tenemos ideas y obviamente nos gusta cuando las toman en serio y son implementadas. El sentimiento de que has contribuido de una forma especial es muy gratificante. Pero cuando tu jefe o empresa rechaza y hasta se burla de tus ideas no es insultante, es desmotivador. Muy pronto te va a dejar de importar, la vida es muy corta como para que no te importe.
Te critican en público. Todos necesitamos retroalimentación constructiva para saber en qué áreas debemos mejorar y cómo hacerlo. Pero esas cosas se dicen en privado. La vida es muy corta para seguir esperando la siguiente vez en la que serás criticado y hasta humillado frente a otras personas.
Nunca has escuchado la palabra “gracias”. Todos necesitamos saber si hicimos algo bien. La vida es muy corta para no ser reconocidos por las contribuciones que hagamos.
Tu jefe gestiona hacia arriba no hacia abajo. Como líderes, deberían enfocar su tiempo y atención en los reportes directos, pero en lugar de eso “siguen” a su jefe. Parece que tu único trabajo es contribuir a su grandeza. Un gran jefe sabe si su equipo tuvo éxito, y si cada persona triunfa, entonces él también lo hará. La vida es muy corta para estar al pendiente de la carrera de tu jefe comprometiendo la tuya.
Sientes que no tienes un propósito. Todos quieren sentirse como parte de algo más grande y también que han creado un impacto no sólo por los resultados sino también en la vida de otras personas. La vida es muy corta para irte a casa todos los días sintiendo que has trabajado pero que no has logrado algo de importancia.
Te sientes como un número. Todo mundo es reemplazable y trabaja por un cheque. Pero todos también quieren hacer las cosas por algo más que un pago. Quieren trabajar con personas que respeten, admiren a los demás y que quieran ser admirados y respetados de regreso. Si tu jefe no se preocupa por platicar un poco de tu familia o para ver si necesitas algo, entonces eres alguien más en la empresa. La vida es muy corta como para ser un número más en la compañía.
No estás ni un poco emocionado por ir a trabajar. Todo empleo tiene sus partes malas (te apuesto que hasta Richard Branson hace algunas cosas que no lo emocionan), pero todo empleo debería tener sus momentos divertidos o emocionantes. La vida es muy corta para sólo esperar que llegue el momento en el que debas renunciar.
No puedes ver un futuro. Todo trabajo debería llevarte a algún lado: un ascenso, a una oportunidad para ser responsable de otras cosas, aprender algo nuevo, superar nuevos retos, etc. Un jefe decente trabaja para mejorar el futuro de la empresa. Un buen jefe trabaja para mejorar el futuro de sus empleados aunque eso quiera decir que se pueden llegar a ir a otro lado a cumplir metas más grandes y mejores en otro lado. La vida es muy corta como para vivir sin esperanza.
No piensas que puedes hacer otra cosa. Esa es la mejor razón de todas para renunciar. Sé lo que estás pensando “Hago muchas cosas en mi trabajo, “Nunca encontraré algo que se le compare” o “No hay otros trabajos por donde yo vivo” o “Le he dedicado mucho tiempo a la empresa”. Todo eso es verdad, si dejas que sea verdad.
Puedes hacer algo más, sólo tienes que creer y confiar en tu creatividad, perseverancia y esfuerzo, ya que eso te llevará a un lugar más feliz. La vida es muy corta para quedarte donde estás en lugar de hacer todo lo posible para tener una vida mejor.
Actualidad Laboral / Con información de Entrepreneur