Aunque a algunas personas pueda parecerles mentira que existan, los workaholics -más conocidos como adictos al trabajo- son como las meigas (brujas): "haberlos, haylos".
Para ellos va dedicado este artículo con unos cuantos consejos para que dejen de torturarse a sí mismos y aprendan a compaginar la vida que ahora no tienen con el trabajo.
Sé apasionado, pero lo justo
El amor a tu trabajo no tiene por qué ser como una ola de fuerza desmedida. Eso es muy bonito escucharlo en una canción de Rocío Jurado, pero tu salud te agradecerá que quieras un poquito menos a tu sillón de la oficina y lo hagas más al de casa.
Aprende a decir NO
Tu trabajo te encanta y si hay un proyecto en fin de semana, aunque sea por puro gusto, allí vas a estar disfrutando como el que más, pero ojo con eso. Si siempre estás dispuesto, acabarás por no saber decir que “no” a nadie pensando en que “o a todos o a ninguno”.
No te olvides de los que te rodean
¿Cuántas veces te has perdido las comidas familiares? ¿Cuántas veces has aplazado esas salidas con tus amigos? ¿Cuánto hace que no vas a buscar a tus hijos al colegio? Deja de abandonar a tus seres queridos por un montón de papeles sobre el escritorio…
Habla con ellos
Muchas veces distorsionamos la realidad, todo lo que hacemos nos parece poco, creemos que los demás piensan de nosotros cosas que no son. ¿Por qué no hablas con los que te ven día tras día? Quizá ellos sepan decirte qué estás haciendo bien y qué debes cambiar.
Tómate un descanso de vez en cuando
A lo mejor no tienes el dinero suficiente para hacer un viaje y te frustra pedir vacaciones para estar en tu casa metido. Tenemos la solución: no pidas todas las vacaciones de golpe. Fraccionar las vacaciones puede ayudarte a descansar de vez en cuando sin agobiarte.
Pide ayuda si la necesitas
Si tu situación laboral comienza a comerse a la personal y crees que se te empieza a ir de las manos, deberías pedir ayuda. Consulta con tu médico qué opciones tienes, habla con los tuyos, pero no dejes que ningún empleo acabe contigo.
Actualidad Laboral / Con información de Forbes