19-06-2017
Emmanuel Macron, presidente de Francia, consiguió conquistar a los franceses con el slogan “reencontremos nuestro espíritu de conquista para construir una nueva Francia”. Cuando presentó su programa de Gobierno causó impacto, especialmente en el ámbito de las relaciones laborales, considerado punto álgido.
Escenarios flexibles de relaciones laborales, cambios en la organización del trabajo, modificaciones en el subsidio al desempleo (que se abrirá a los autónomos y a los trabajadores que quieran cambiar de empleo) y un nuevo método de cálculo para que cada euro cotizado genere el mismo derecho a pensión para todos, son ideas que causan reticencias en grupos políticos que lo adversan.
De ganar la segunda vuelta en las legislativas, Macron tendrá la mayoría necesaria para aprobar su reforma laboral, pero habrá que contar con la opinión de los poderosos sindicatos franceses al respecto, que no solo tendrán que ver con el qué y cómo debe implementarse la propuesta laboral de Macron, sino que ya partidos de oposición comenzaron a ver en ésta una piedra de tranca para la obtención de una mayor calidad de vida de los franceses.
Macron anunció ya su intención de acelerar las reformas planteadas en su programa de gobierno, especialmente la laboral. Pero analistas políticos como Thomas Guénolé plantean que “si no hay un Parlamento que ofrezca una representación proporcional a las diferentes fuerzas políticas de oposición, éstas se verán obligadas a desarrollar otras formas de oposición externas, probablemente en las calles.
El Frente Social Francés convocó para el 19 de junio manifestaciones contra la reforma laboral de Macron; justo al día siguiente de la segunda vuelta de las elecciones legislativas, lo que puede interpretarse, que ya ven seguro el triunfo de La República En Marcha (LREM), movimiento del presidente.
Hablan las cifras
Pese a la victoria presidencial y la obtenida en las elecciones parlamentarias en primera vuelta, la segunda se da en un escenario previo de altísima abstención. Un 51,29% de los franceses, no compró la oferta de Macron en las parlamentarias especialmente, las clases francesas más desposeídas y los jóvenes.
Según el Instituto Demoscópico Ipsos, 64% de los electores en edad de votar hasta los 35 años, no votó en la primera vuelta de las parlamentarias. Tampoco lo hizo el 61% de los empleados públicos, el 66% de la clase obrera. Según este estudio, el nivel de ingresos también hizo la diferencia, pues se abstuvieron de votar 59% de personas pertenecientes a hogares con ingresos por debajo de los 1.250 euros frente a un 42% con sueldos superiores a los 3.000.
El mismo estudio arrojó resultados que apuntan a que LREM del presidente, triunfó en la primera vuelta, apoyada en su núcleo electoral que cataloga de “diplomado, con una situación económica holgada y más dispuesto a movilizarse”; LREM llegó en primera posición en todas las categorías sociodemográficas analizadas en la encuesta, a excepción de los obreros y de la franja de ingresos más baja, donde se adelantó el Frente Nacional.
Actualidad Laboral / Con información de El Universal