15-03-2022

La llegada de la pandemia al país, con el consecuente confinamiento y, por lo tanto, paralización de buena parte de una economía, que ya era crítica, vino a agravar la situación de los trabajadores venezolanos que ya era precaria en los inicios del 2020.


Los testimonios que recoge un trabajo realizado por el portal RunRunes, dan cuenta de la angustia, pero a la vez la fortaleza que las personas tuvieron para seguir luchando por sus derechos y por proteger, de alguna forma, sus ingresos diversificando sus actividades.


La lucha del gremio de enfermería


En su trabajo el portal RunRunes conversó con una enfermera del Hospital doctor Jesús Yerena de Lídice quien explicó que argumentó que "antes de decretada la cuarentena en marzo de 2020 por la llegada del coronavirus a Venezuela, la situación contractual de las personas que trabajan en el sector público de salud eran paupérrimas".


“Yo con mi sueldo difícilmente puedo alimentarme y menos ofrecer un sustento de calidad a mi hijo”, sentenció Sandra, quien es madre soltera desde hace un par de años. “Afortunadamente una vecina me dijo para ayudarla en un emprendimiento de dulces que tiene y con eso más o menos tengo para subsistir”.


A Sandra la llegada del covid-19 a Venezuela le hizo ver con mayor proximidad la crisis.


“Los primeros días fueron de mucha angustia, teníamos mucho miedo a contagiarnos. Al principio nos dieron mascarillas y guantes, pero después hubo que buscar uno por su cuenta los insumos porque aquí no dotan de nada al personal”.


Ana Rosario Contreras, presidenta del Colegio de Enfermeras del Distrito Capital, dijo que la pandemia ha desnudado la fragilidad del sistema sanitario y laboral en Venezuela.


“Nuestro personal no tenía los insumos y además quedó al descubierto la vulnerabilidad de nuestros sueldos. El salario en Venezuela es quizás uno de los más bajos del mundo. Eso no nos permite tener acceso a un mínimo de alimentos, mucho menos a la canasta básica, eso nos coloca en situación de extrema pobreza”, declaró.


Se mantuvieron las protestas


También entrevistaron a José Calma, miembro del Instituto Nacional de Estudios Sindicales (Inaesin), quien dijo que, pese a la pandemia, las protestas laborales en Venezuela no cesaron.


“Entre 2020 y 2021 contabilizamos más de 1.700 conflictos, con un promedio de 850 por cada año aproximadamente, esto demuestra que el coronavirus no frenó la protesta, por el contrario la potenció”.


Calma informó que los trabajadores del sector público fueron los principales protagonistas de las exigencias salariales.


“Los empleados públicos participaron hasta en 91% de los reclamos en todo el territorio nacional y el sector con mayor participación fue el de la salud, seguido del de educación”.


El abogado explicó que la principal exigencia de los trabajadores fue la de mejora salarial con 36%, secundada de mejoras en condiciones de trabajo, con 22.


Calma aseveró que muchos trabajadores fueron testigos de cómo la covid-19 complicó sus tareas cotidianas y tuvieron que ingeniárselas para llevar la comida a su casa.


La falta de gasolina


“La movilización hacia los puestos de trabajo fue un asunto que complicó bastante a los venezolanos en los primeros meses de pandemia, especialmente porque coincidió con el agravamiento de la escasez de gasolina”, aseveró Calma.


El abogado, que pertenece al Inaesin, explicó que, para quienes trabajan desde casa aún padecen la desidia de uno de los países con peor conectividad del mundo.


“Tenemos posiblemente el peor internet de América por lo que llevar a cabo esa cuota de teletrabajo es realmente complicado”.


Calma sostuvo que el teletrabajo representa una enorme calamidad para muchos, incluyendo a los patronos.


Dolarización sin control


Calma aseveró que, durante la pandemia, el empleo de la divisa como principal herramienta de pago se afianzó en Venezuela. “Si bien esto representó una ventaja para muchos trabajadores porque ahora les iban a pagar en moneda extranjera, también significó que los empleados no iban a ver reflejados estos pagos en su historial porque son usados como bonos que no suman a la hora de una indemnización, pensión o jubilación”.


Para 2022, Calma vaticina una conflictividad laboral parecida o superior a la de 2020 y 2021, pese a que el gobierno acaba de aprobar un aumento salarial de medio petro.


Nicolás Maduro anunció el pasado jueves 3 de marzo que el salario mínimo en Venezuela pasaba de 7 a 126 bolívares, equivalente a 29 dólares, de acuerdo al cambio oficial del Banco Central de Venezuela en esa fecha. También anunció que el bono de alimentación pasaba a 45 bolívares ($10,3) por lo que el sueldo de un trabajador quedó en $39.


“Esto no representa el sentir de lo que la Organización Internacional del Trabajo llama consulta tripartita que son: gobierno, patronos y trabajadores. Se trata de un aumento inconsulto”.


Por otra parte, Carmen Omaira Arismendi, secretaria ejecutiva de la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV), manifestó que el gobierno venezolano viola el artículo 91 de la Constitución de Venezuela, el cual reza que “todo trabajador tiene derecho a un trabajo suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas materiales, sociales e intelectuales”.


“Pese al coronavirus, los trabajadores seguirán en la calle, protestando por un justo salario, porque el ser mal pagado y el hambre también son una epidemia que puede matar a la gente”.


Actualidad Laboral / Con información de RunRunes