Las restricciones a la movilidad aérea que ha provocado la pandemia de coronavirus han reducido a la mínima expresión el negocio de las aerolíneas en los últimos meses y a este impacto no son ajenas las compañías de bajo coste, que están registrando pérdidas tras una temporada veraniega con apenas actividad.
Así se refleja en los resultados de los primeros 6 meses del año fiscal de Ryanair, que abarca desde abril a septiembre, en los que la compañía ha registrado sus primeras pérdidas en temporada estival en años. Los números rojos de 197 millones de euros contrastan con los beneficios de 1.150 millones que generó hace 12 meses.
La aerolínea ha atribuido estos resultados al impacto del coronavirus, que paralizó el 99% de su flota desde mediados de marzo hasta finales de junio debido a las prohibiciones de vuelos y las medidas de confinamiento impuestas por los gobiernos comunitarios. No obstante, Ryanair ha destacado su colaboración institucional para realizar vuelos de repatriación y rescate durante la crisis.
La compañía irlandesa ha señalado que ha conseguido reanudar gran parte de su actividad a partir del 1 de julio, "operando hasta el 60% de la capacidad del año anterior en el segundo trimestre y logrando más del 70% de carga". Sin embargo, Ryanair ha criticado que las cancelaciones de vuelos impuestas por la UE han provocado una acumulación de reembolsos a sus clientes.
En cuanto a sus ingresos, la aerolínea ha asegurado que se redujeron un 78% interanual, hasta 1.180 millones de euros, debido a una caída del tráfico del 80%, hasta los 17,1 millones de pasajeros, que se registraron mayoritariamente durante el verano y que se vieron reforzados por la mayor facturación de servicios complementarios como el embarque prioritario o la reserva de asientos.
Ryanair asegura que ha realizado durante este semestre un "esfuerzo sustancial" para reducir sus costes a largo plazo, destacando que han acordado "modestos recortes salariales con nuestra gente y los sindicatos que ayudaron a minimizar la pérdida de puestos de trabajo".
La compañía de bajo coste ha empeorado sus previsiones para su segundo semestre fiscal, augurando que el tráfico se reducirá entre octubre y marzo hasta un 40% respecto al registrado en 2019, frente al 60% que preveía previamente. De ahí que su estimación anual de pasajeros se sitúe en 38 millones, casi 4 veces menos que los 149 millones que transportó en 2019.
Además, Ryanair ha criticado que la "descoordinación" de la UE en las restricciones de vuelos por el coronavirus en septiembre y octubre, asegurando que han afectado negativamente a "la confianza de los pasajeros y a las reservas" para su segundo semestre fiscal, especialmente en Centroeuropa, Reino Unido, Irlanda, Austria, Bélgica y Portugal.
La aerolínea ha recordado que la crisis del coronavirus ha provocado el cierre de varias compañías europeos, como Flybe, Germanwings y Level, y ha criticado que varios gobiernos europeos han realizado "una avalancha de ayudas estatales ilegales" para salvar a sus aerolíneas de bandera, citando los casos de Alitalia, Air France KLM, LOT, Lufthansa, SAS o TAP, entre otras.
Así, ha criticado que "esta ayuda estatal ilegal distorsionará la competencia y permitirá a las aerolíneas de bandera fallidas vender por debajo del precio de coste durante muchos años". No obstante, Ryanair ha previsto que el volumen de transporte aéreo en Europa se mantenga en niveles moderados durante varios años, lo que estima que le permitirá aumentar su red y su flota.
Actualidad Laboral / Con información de Business Insider