Si concibe las redes sociales como un espacio dedicado solo para selfis de vacaciones y recetas de magdalenas, la idea de utilizarlas como una herramienta para su desarrollo profesional podría parecerle absurda. Sin embargo, existen bastantes formas de aprovechar las redes sociales para desarrollar habilidades, adquirir conocimiento y establecer relaciones profesionales sin agobiarse.
Para exprimir el valor de las redes sociales y aprender realmente, hágase estas tres preguntas:
¿Qué quiero aprender?
¿Quiere saber más sobre su industria? Entonces siga a líderes destacados de su sector en LinkedIn y Twitter para averiguar qué leen y piensan. A partir de ahí puede aprender las etiquetas o hashtags claves de su industria en Twitter para descubrir nuevos, y geniales, recursos. Busque los mejores blogs y podcasts de su campo gracias a leer y escuchar más tras encontrar un artículo interesante que haya compartido un compañero. Piense en el subcampo o tema sobre el que quiere aprender más; centre su atención en un área concreta de forma que le ayude a conseguir un conocimiento real en lugar de limitarse a aprender un poco sobre muchos temas.
Tenga también en cuenta sus carencias. Si hace muchas presentaciones y se está cansando de esos viejos gráficos circulares de Excel, empiece a echar un vistazo a las infografías en Pinterest para inspirarse y ser más eficaz a la hora de presentar datos. Si la gestión del tiempo es un problema continuo para usted, siga en Twitter una lista de expertos en productividad para recibir sus últimos consejos.
Utilizar las redes sociales para trabajar y mejorar en áreas como estas no solo reforzará su conjunto de habilidades profesionales, también le ayudará a ampliar su red. Si comparte los recursos útiles que encuentre en LinkedIn y Twitter, podrá encontrar otros usuarios interesados en los mismos temas que usted y construir así una comunidad de aprendizaje.
¿Cuándo tengo tiempo para aprender?
Las redes sociales pueden ser una forma eficaz de perseguir el desarrollo profesional porque su uso encaja fácilmente dentro del día a día. Sí, seguro que puede sacar mucho de asistir a unas pocas conferencias al año, pero no hay nada como un proceso de aprendizaje continuo para estar motivada y pensar de maneras nuevas y creativas. Piense un poco en cuándo tendrá tiempo y la energía mental necesaria para aprender, en qué formatos le resultará más cómodo. Entonces, utilice las redes sociales para encontrar la información que quiere en el formato que necesita.
Por ejemplo, si quiere trabajar en su desarrollo profesional mientras hace ejercicio, tareas domésticas y se desplaza al trabajo, probablemente sea el momento perfecto para escuchar los podcasts que haya descubierto. Si utiliza el transporte público para llegar al trabajo y puede leer durante el trayecto, configure en sus dispositivos un lector RSS como Feedly y suscribirse a blogs de su campo.
Aprenderá mucho más si dedica su tiempo a realmente leer y escuchar las fuentes que haya descubierto que si se limita a repasar los últimos titulares.
¿De (o con) quién quiero aprender?
Muchos aprendemos mejor cuando formamos parte de una comunidad de aprendizaje. Allí es donde realmente destacan las redes sociales. Dado que las redes sociales se crearon para compartir ideas con otras personas, representan una manera genial de participar de forma activa en el aprendizaje con una comunidad de personas que quieran escuchar sus ideas y conocer sus puntos de vista además de compartir las suyas.
Hay muchas maneras de encontrar y crear una comunidad de aprendizaje en línea. Si busca una comunidad de práctica –un grupo de profesionales de su área de trabajo que comparte las últimas novedades y mejores prácticas del sector–, le resultará fácil hacerlo en Facebook, LinkedIn e incluso Slack.
Para encontrar un grupo que le sirva, pregunte a sus amigos y compañeras si forman parte de alguna comunidad de aprendizaje y práctica que pueda ayudarle a usted en algún aspecto concreto de su vida profesional. Cuanto más claro sea acerca de lo que quiere aprender y el tipo de personas de las que quiere aprender, más probabilidades tendrá de encontrar la comunidad más apropiada para usted.
Los grupos más valiosos son también las comunidades más pequeñas y en las que es necesaria la invitación de otra persona del grupo. Eso genera el nivel de confianza necesario para que la personas compartan experiencias difíciles y consejos, además de plantear cualquier pregunta con la que quizá no estarían cómodos en un ámbito más abierto.
Fijar sus intenciones de aprendizaje para qué, cuándo y de quién quiere aprender puede convertir las redes sociales en un potente y oportuno recurso para su desarrollo profesional continuo. Sí, aún queda sitio para las fotos del desayuno. Pero cuando esté preparado o preparada para ponerse manos a la obra, recuerde que las redes sociales también pueden ayudarle con su próximo objetivo profesional.
Actualidad Laboral / Con información de HBR