Si sientes que te arrastras todos los días al trabajo solo para contar los minutos, hasta que es hora de ir a casa: podrías estar atrapado en la rutina. "La gente a veces está estancada en la rutina y no siempre se da cuenta. Sienten que algo está roto y se sienten infelices", dice Kim Monaghan, asesora de carrera.
Los signos incluyen aburrimiento, falta de motivación e inspiración, sentir que no estás aportando valor a la empresa y también, no ejecutar tareas de la mejor manera posible. Pero, sentirse estancado en el trabajo no significa necesariamente que es hora de encontrar un nuevo empleo. Aquí te dejamos algunas claves que te ayudarán a superar este bache:
1- Aprende a identificar
Para salir de la rutina laboral debes identificar los aspectos positivos y negativos de tu trabajo. Una vez que sepas cuáles son las responsabilidades que disfrutas y haces bien, ve si puedes delegar algunas de las otras tareas que podrían estar impidiendo tu buen desempeño. "Averigua cómo modificar la situación para estimularte", aconseja Katy Hansell, entrenadora de carrera y liderazgo.
Los trabajadores que no están en una posición gerencial pueden reunirse con sus superiores para una "conversación exploratoria", y hablar sobre sus responsabilidades y fortalezas. "El empleado entra en esta conversación con un objetivo de trabajo en equipo y puede haber formulado algunas ideas sobre, cuáles aspectos de su trabajo les gustaría desarrollar y cuáles asignar a un compañero. Si se presenta como una oportunidad para que el empleado dedique más de su tiempo y energía al aspecto de su trabajo en el que sobresale, se convierte en un escenario de ganar-ganar para su jefe", dice Hansell.
2- Mejora tu formación
Si no te sientes desafiado en el trabajo, busca formas de ampliar tus conocimientos y capacidades. Identifica nuevas habilidades que puedan ayudarte a mejorar la productividad laboral y el valor que aportas a la empresa. Pide capacitación y desarrollo profesional. "No puedo decirte cuántas personas llevan haciendo lo que hacen durante años. Te puedes volver obsoleto. Es importante año tras año agregar algo a tu repertorio", dice Jennifer Randolph, vicepresidente senior de talento en Zenith USA.
3- Levanta la mano
No tener desafíos o no sentirse parte del equipo puede ser un verdadero obstáculo para la productividad y la motivación. Levanta la mano y ofrécete para trabajar en nuevos proyectos o para desempeñar un papel más importante. "A veces no nos dan nuevas asignaciones porque no las pedimos y no nos consideran disponibles o interesados, por lo que comienzan a marginarnos y no nos llaman cuando surgen oportunidades más interesantes", apunta Roy Cohen, autor del libro The Wall Street Professional's Survival Guide: Success Secrets of a Career Coach.
Si prefieres más trabajo en solitario, identifica un desafío que enfrenta la empresa y trabaja para resolverlo. "Cuando las personas son reconocidas y recompensadas en el trabajo, se entusiasman mucho más y se sienten mucho mejor acerca de sus trabajos", comenta Cohen.
4- Pide feedback
La falta de retroalimentación sobre tu desempeño laboral puede hacer que te sientas atrapado y sin inspiración. Programa una reunión con tu jefe para hablar sobre tu desempeño y averiguar qué está funcionando bien, y cuáles son las áreas de mejora u oportunidad. "Estarás mucho más entusiasmado con tu trabajo cuando recibas comentarios positivos", dice Cohen. Si tu jefe no es bueno para la retroalimentación constante o no está disponible para hablar de ello, busca un mentor.
"No tienes que sufrirla en soledad", indica Randolph. Los baches y rutinas laborales son comunes y puede ser útil encontrar un asesor de confianza para que te brinde retroalimentación y algunos consejos profesionales. Si crees que tu rutina es más una señal de que es hora de cambiar de trabajo o de carrera, organiza reuniones informativas para tener una mejor idea de las diferentes oportunidades.
5- Fija metas
Si sientes que solo te mantienes a flote en el trabajo es hora de empaparte. Crea una lista de objetivos y establece plazos. Los objetivos deben variar en tamaño y ser medibles para ayudar a que te responsabilices. Pueden ser tan simples como almorzar con un ex colega, conocer a nuevos compañeros en diferentes departamentos o, dedicar 30 minutos a escribir un diario para planificar tu futuro.
6- Pequeños cambios
Incluso los pequeños cambios pueden tener un efecto estimulante en tu vida laboral. Intenta reorganizar los muebles de la oficina, organizar tu escritorio o comprar un nuevo outfit para el trabajo. "Eso tiene un poco de 'subidón' emocional y te sientes mejor de que algo ha cambiado y es fresco", asegura Monaghan.
7- ¿Cuándo fueron tus últimas vacaciones?
A veces, un cambio de escenario puede ayudarnos a escapar de la rutina. Salir de vacaciones puede ayudar a romper la rutina diaria y hacer que te sientas renovado. Pero, la clave es esta: realmente tienes que tomar un descanso y desconectar. Nada de correos electrónicos ni reuniones por teléfono. "No es una verdadera vacación si todavía estás trabajando pero en una ubicación diferente. Eso no ayuda. Tiene que ser una desconexión real", comenta Cohen.
Actualidad Laboral / Con información de Expansión