Se acerca el fin de año y en medio de las celebraciones, comienza la realización de un nuevo calendario con nuevos sueños y objetivos. Paralelamente, se precisan balances, análisis, las metas logradas y las planificaciones para los próximos 12 meses que se avecinan. Junto a lo anterior, para muchos, es el momento de una autoevaluación, qué se logró y lo que no se pudo concretar.
Analizar los aciertos y fracasos del 2013 de manera crítica, permite mirar la realidad de manera objetiva, logrando un balance que de todas maneras será útil para planificar un futuro fructífero.
Al comenzar el 2014, muchos reflexionarán sobre los cambios que esperan tanto en materia económica, como de horarios, oportunidades de desarrollo, entre otros.
Para algunos sin duda, uno de los principales anhelos será encontrar un empleo, o simplemente cambiar el actual. En una encuesta realizada en octubre del 2013 por Trabajando.com a más de 2,000 peruanos, el 70% señaló no sentirse feliz con su trabajo. Para todos ellos, quizás este es el momento de evaluar su situación y buscar nuevas oportunidades que permitan aumentar la satisfacción personal y laboral.
Pero, ¿qué hay que tener en cuenta antes de decidir buscar o cambiar de trabajo? Acá te damos algunas pautas para replantearse si realmente un nuevo año debe ser sinónimo de un trabajo nuevo.
Cambiar de empleo
Si ya crees que ha llegado el momento de cambiar de aire, de desafíos, lo primero que debes tener en cuenta es la razón de esta decisión, si bien es cierto muchas veces esto puede resultar beneficioso, porque podrían mejorar las condiciones, es necesario saber que hay otros factores que deben analizarse antes de decir sí a un nuevo empleo. Por ejemplo, aspectos como ambiente laboral, horarios, bonos, beneficios de salud, posibilidad de desarrollo profesional, entre otros.
Muchas veces las razones que impulsan a tomar esta decisión son conflictos personales, ya sea con la jefatura o con los compañeros de trabajo, es importante primero analizar si esto se da por algún problema personal por el cual se está atravesando, que no tiene nada que ver con nuestra desilusión en el empleo o incluso por algún caso puntual que podría arreglarse conversandolo con la persona indicada.
Además, se debe considerar la situación compleja que atraviesa el país en términos económicos y lo difícil que es encontrar un nuevo empleo, arriesgando dejar un puesto estable sin tener nada como segunda opción segura. La experiencia indica que es más fácil encontrar trabajo cuando ya estás en uno, antes que cuando estás cesante, porque sigues adquiriendo experiencia y actualizando tu currículum vitae.
Por otra parte, sí hay aspectos que pueden respaldar una decisión de cambiar de empleo, por ejemplo, la incapacidad de desarrollarse profesionalmente, el que no se respeten ciertos acuerdos de contrato como honorarios, horarios, entre otros factores.
Además, hay ocasiones en que la tarea que llevamos a cabo ya no causa ningún interés y se aleja mucho de lo que se estudió o de lo que elegiste para desempeñarte. En estos casos es mejor evaluar los pro y contra de cambiar de trabajo, pues como se ha mencionado, siempre hay que tener en cuenta que lo nuevo trae consigo un riesgo.
“La llegada de un nuevo año viene por lo general cargada de sueños, y quizás uno de los más recurrentes es un trabajo o uno mejor que el que ya tengo, porque sin duda es un ítem significativo, más aún si consideramos que gran parte del tiempo lo pasamos en la oficina. Lo importante es lograr que estos sueños se transformen en metas y planificar la forma de lograrlos, para eso estas fiestas son una buena instancia de evaluación y planificación para el futuro”, señala Ernesto Velarde, country manager de Trabajando.com Perú.
Con información de gestion.pe