El número de estadounidenses que pidió beneficios estatales por desempleo bajó la semana pasada, pero una impresionante cifra de 31,3 millones de personas seguía recibiendo pagos por desempleo a mediados de julio.
Esta cifra apunta a un estancamiento del mercado laboral mientras el país lidia con resurgimiento en los casos de COVID-19 que amenaza a la incipiente recuperación económica.
Otros datos mostraron un aumento del 54% en la cantidad de despidos anunciada por empleadores en julio. Los reportes llegan tras conocerse esta semana un fuerte descenso de las nóminas privadas en julio y continuos declives del empleo en las industrias manufactureras y de servicios.
“Los repetidos cierres para contener el virus siguen siendo una amenaza para el mercado laboral, que ya es débil”, dijo Rubeela Farooqi, de High Frequency Economics en White Plains, Nueva York.
“Sin una contención efectiva del virus, la recuperación sigue en riesgo por una continua pérdida de empleo que podría limitar aún más los ingresos y el gasto”, agregó.
Los pedidos iniciales de ayuda estatal por desocupación cayeron en 249.000, a una cifra desestacionalizada de 1,186 millones en la semana al 1 de agosto, dijo el jueves el Departamento del Trabajo.
Las solicitudes siguieron bien por encima del pico de 695.000 tocado durante la Gran Recesión de 2007-2009. Economistas consultados por Reuters calculaban 1,415 millones pedidos en la última semana.
En otro reporte conocido el jueves, la firma Challenger, Gray & Christmas indicó que el número de despidos anunciado por empleadores estadounidenses trepó un 54%, a 262.649 en julio.
“Los consumidores están comprando menos bienes y servicios, los negocios están cerrando y las quiebras están aumentando”, dijo Andrew Challenger, vicepresidente senior de la firma.
“Está claro que muchas pérdidas de empleo son ahora permanentes y será un reto para muchos trabajadores hallar nuevos trabajos y sentirse seguros aceptando puestos de cara al público”, agregó.
Actualidad Laboral / Con información de Reuters