El sector formal de la limpieza emplea en Estados Unidos a un millón de personas y espera elevar su actividad en una tercera parte en comparación con el nivel de antes del coronavirus. Esto abre oportunidades de negocios y reorienta puestos de trabajo que se han perdido en otras áreas.
Los negocios y restaurantes que reabran tendrán que centrarse en la desinfección a fondo si quieren atraer a los clientes. Las empresas de limpieza estadounidenses están listas para una explosión en la demanda de sus servicios.
Los administradores de los negocios enfrentan nuevos desafíos para replantear su enfoque de la higiene en los lugares de reunión pública. Mientras, el presidente Donald Trump impulsa una rápida flexibilización del confinamiento, incluso cuando las muertes por coronavirus continúan subiendo.
«Por cada edificio que reabra, la demanda es más alta de lo que fue antes del covid», dijo Josh Feinberg, presidente de la coalición de limpieza de Estados Unidos (Cleaning Coalition of America), creada a fines de abril por siete empresas del sector para abordar los nuevos problemas.
En el mundo de la pospandemia, la limpieza de sitios públicos es un negocios serio. Más allá de simplemente retirar el polvo, las empresas necesitarán limpiar todas las superficies de manera profunda varias veces al día, para desinfectar.
Hospitales, asilos, escuelas, guarderías, todos quieren evitar la contaminación. Bares, restaurantes, tiendas, salones de belleza necesitan que los clientes estén seguros al entrar.
Robert Albrecht lleva una pequeña compañía en Havre de Grace, Maryland, y fue contactado por el dueño de una pizzería. Le pide que establezca un protocolo antes de reabrir su negocio, destacando la necesidad de «construir la confianza del consumidor para que vuelva a entrar y se siente a comer».
Algunos estados de Estados Unidos han permitido que los restaurantes y las tiendas abran sus puertas, como Texas y Georgia. Pero en otros preocupa que un regreso prematuro a la normalidad pueda provocar una segunda ola de infecciones y un golpe aún peor para la economía.
Al igual que otras industrias, la demanda de servicios de limpieza cayó drásticamente en medio del confinamiento a nivel nacional.
Mientras intentaban mantenerse a flote, y en previsión de un pico en la necesidad de sus servicios, las empresas trabajaron para mantener a sus empleados y encontrar nuevos contratos para reemplazar a los que perdieron.
Para ayudar a sus nuevos clientes, tuvieron que capacitar rápidamente a los trabajadores para limpiar y desinfectar habitaciones de hospitales, estantes de supermercados e incluso bodegas logísticas. Todos son lugares considerados esenciales que permanecían abiertos y que tenían que limpiarse con mucho más cuidado que antes.
Sin embargo, estos nuevos clientes sólo compensaron parcialmente la caída del 40% de la actividad.
«Puedes imaginarte que si cambias de un edificio de oficinas a un aeropuerto o de un aeropuerto a un hospital, es muy diferente», dijo Feinberg.
La empresa de Albrecht, Sistemas de Prevención de Infecciones (IPS), también sufrió un gran golpe debido al confinamiento: la capacitación, que representaba la mitad de los ingresos de la empresa, desapareció, en favor de la limpieza y la desinfección.
«Estamos extremadamente ocupados, obviamente, pero no estamos en el campo donde queremos estar», dijo.
Sus dispositivos de desinfección ultravioleta son particularmente exitosos. Nuevos sectores como las residencias de ancianos constituyen ahora el 45% del negocio de la empresa, cuando hace unos meses era de cero.
IPS incluso está limpiando los típicos autobuses escolares amarillos. También asesora a los paramédicos para que desinfecten los vehículos que se utilizan para transportar a los pacientes de COVID-19.
Actualidad Laboral / Con información de El Estímulo