El día a día de cada empresa es un mundo. Pero, si tuviéramos que clasificar los entornos empresariales según cómo impactan en la experiencia de cada empleado a nivel físico, cultural y tecnológico, nos encontraríamos con cuatro tipos: empoderado, permisivo comprometido y experimental. Hoy te explicamos, brevemente, en qué consiste cada uno de ellos según Jacob Morgan, colaborador de Forbes USA.


Empoderado


Este tipo de organización se centra en dar a los empleados las herramientas adecuadas, mientras crea un sentido del propósito en la organización. Normalmente, la jerarquía formal no existe y los empleados son bastante autónomos y responsables. La colaboración y la comunicación transparentes también son un rasgo clave. Además, en las organizaciones de tipo empoderado, los empleados también tienen acceso a las herramientas tecnológicas necesarias para trabajar de forma productiva y eficiente. Hablamos de redes sociales internas, videoconferencias o plataformas de información en tiempo real, entre otras.


El énfasis en este tipo de empresa empoderada, estaría puesto sobre la tecnología y la cultura, pero dejando a un lado el entorno físico. Los empleados de este tipo de empresas no suelen querer trabajar en la oficina, ya que el ambiente en este tipo de trabajos es similar al de un hospital, es decir, lo ven como un lugar de paso.


Permisivo


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Este tipo de empresas tienen oficinas agradables, bonitas y multifuncionales. Tienen espacios abiertos, salas de conferencias, de tiempo libre, cafetería, espacios colaborativos, privados… Es decir, oficinas como las de Google, adaptadas a todos los modos de trabajo posible y bien diseñadas. Su similitud con las compañías de tipo empoderado, es el uso de la tecnología. En las empresas de tipo permisivo, sin embargo, el elemento que falta es el cultural. Los empleados no tienen un gran arraigo al propósito común de la empresa y suele existir una estricta jerarquía que hace que la comunicación y la colaboración sean bastante más tediosas.


Comprometido


En este tipo de empresa, la organización hace un esfuerzo por crear un sentido del propósito común para los empleados, sin embargo, no tiene una jerarquía muy estricta, sino una comunicación bastante fluida entre todos los actores. La diferencia con las empresas empoderadas está en el entorno físico. En este caso, los empleados sí quieren ir a la oficina.


En este tipo de organizaciones comprometidas, los empleados quieren asistir a su espacio de trabajo por su compromiso y su motivación, aunque no tengan todas las herramientas tecnológicas adecuadas para realizar su trabajo. Aquí los empleados disfrutan con lo que hacen, aunque no tienen un fuerte compromiso productivo.


Experimental


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Este es el tipo de empresa más novedoso. Es el único que invierte, plenamente, en los tres ámbitos de experiencia de sus empleados: físico, cultural y tecnológico. En este tipo de organizaciones, los empleados tienen espacios de trabajo a los que quieren asistir, poseen las herramientas adecuadas para realizar su trabajo y además, están comprometidos con el propósito común gracias a una fuerte cultura de empresa.



Actualidad Laboral / Con información de Forbes España