Fuera del trabajo cada individuo tiene libertad para elegir a las personas con las que quiere compartir su tiempo. Sin embargo, en la oficina, no siempre es posible dado que, en la mayoría de los casos, no elegimos a los compañeros. En este punto, la convivencia durante ocho o más horas al día, deriva en ocasiones en un ambiente cargado de estrés que da lugar a conflictos, produciendo incluso desajustes en el correcto funcionamiento de la empresa.
Las discusiones en la oficina son inevitables, y hay que aceptar que son parte de la vida laboral. Sin embargo, es imprescindible aclararlas y resolverlas cuanto antes a riesgo de afectar la productividad o incluso la vida personal del trabajador. En este punto, los expertos en recursos humanos hacen hincapié en la necesidad de diferenciar si se trata de una situación nociva puntual, o si por el contrario es un síntoma de que algo no marcha bien.
Algunas de las consecuencias de trabajar en un ambiente tóxico se reflejan en la desmotivación del empleado y en posibles situaciones de pasividad frente a la propuesta de ideas, o a la búsqueda de un nuevo empleo.
Indicadores de un perjudicial clima laboral
La dirección o los responsables de recursos humanos deben saber identificar aquellas situaciones antes de que se desencadenen graves conflictos. Las señales más comunes, según la Comunidad Laboral Trabajando.com – Universia, de que el ambiente de trabajo necesita mejorar son:
Falta de claridad: un organigrama poco preciso puede generar confusión entre compañeros o incluso entre departamentos. No especificar las tareas de cada empleado da lugar a problemas cuando se busca al responsable de algún error o a nivel operativo.
Conflictos de intereses: las metas personales y la ambición provocan que las personas trabajen de manera individualista. El deseo de ascender contribuye a que el individuo trabaje de manera competitiva, dando prioridad a las tareas personales sobre el trabajo en equipo. Una medida preventiva consistiría en recordar a los trabajadores que deben alinear sus objetivos personales con los de la organización.
Choque de creencias o estilos de vida: respetar las distintas formas de pensar es imprescindible para conseguir que las relaciones sean gratificantes, por lo que siempre hay que trabajar por lograr un clima de tolerancia.
Falta de comunicación: una ineficiente estrategia de comunicación interna puede tener grandes consecuencias, desde malentendidos hasta el fracaso de proyectos. De esta manera, es fundamental invertir en esta área fomentar la participación y el compromiso de los empleados. Es importante complementar los canales de información con el fin de mejorar la competitividad y conseguir los objetivos. Por ejemplo, se podría crear un email informativo que resuma lo que se habló durante una reunión y hacer llegar esta información a los trabajadores relacionados con el asunto tratado.
Actualidad laboral / Con información de América Económica