Las empresas estadounidenses pierden un aproximado de $37.000 millones al año debido a errores en las reuniones.
Steve Jobs se aseguró de que Apple no fuera una de esas empresas. A continuación, Business Insider anota tres maneras en las que el emblemático CEO hizo de las reuniones de Apple una experiencia muy productiva:
Mantuvo las reuniones lo más pequeñas posibles
En su libro “Insanely Simple” (Increíblemente Simple), el antiguo colaborador de Jobs, Ken Segall, detalló cómo fue trabajar con él.
Segall recuerda una anécdota cuando Jobs estaba a punto de comenzar una reunión semanal con la agencia de publicidad de Apple.
Entonces Jobs vio a alguien nuevo.
“Él se paró en seco”, escribe Segall. “Sus ojos se clavaron en la única persona en la habitación que no era conocida para él. Señalando a Lorrie, dijo, ‘¿Quién es usted?’”
Ella le explicó con calma que la habían invitado a la reunión porque era parte de los proyectos de marketing. Jobs la escuchó, y luego cortésmente la invito a salir. “No creo que te necesitemos en esta reunión, Lorrie. Gracias”, dijo. Jobs trataba que las reuniones incluyan pocas personas.
Se aseguró de que hubiera responsables por cada punto de la agenda
En un artículo del 2011 sobre la cultura de Apple, el reportero de Fortune, Adam Lashinsky, detalló algunos de los procesos formales que Jobs usó y que llevaron a Apple a convertirse en una de las compañías más valiosas del mundo.
El núcleo del pensamiento de Jobs fue la “mentalidad de la rendición de cuentas” -lo que significaba que los procesos se ponían en marcha para que todo el mundo sepa quién era responsable de algo en particular.
No dejaba que la gente se escondiera detrás del PowerPoint
Walter Isaacson, autor de la biografía “Steve Jobs”, dijo, “Jobs odiaba las presentaciones formales, pero amaba las reuniones espontáneas cara a cara”.
Todos los miércoles por la tarde, tenía una reunión sin agenda con su equipo de marketing y publicidad.
Las diapositivas estaban prohibidas porque Jobs quería que su equipo debata con pasión y piense críticamente, todo sin apoyarse en la tecnología.
A Jobs no le gustaban que usarán diapositivas en las reuniones. “Odio la forma en que la gente utiliza las presentaciones de diapositivas en lugar de pensar”, decía. “La gente enfrenta un problema con la creación de una presentación. Yo quiero que ellos se involucren para discutir los temas en la mesa, en lugar de mostrar un montón de diapositivas. Las personas que saben lo que están hablando no necesitan PowerPoint”.
Actualidad Laboral / Con información de El Mundo