Multitudes de actores, acompañados por guionistas que se habían adelantado a declarar su huelga en mayo, se congregaron en las aceras de Hollywood y del centro de Manhattan en el primer día de su huelga el pasado viernes.
El ambiente de la manifestación rebosaba alegría, mientras los huelguistas, animados por los transeúntes y plenamente conscientes de la magnitud histórica del momento, entonaban consignas, refrescaban sus rostros con agua y bailaban al ritmo del reguetón. Esta lucha sindical no se presentaba en Hollywood en las últimas seis décadas.
En California, frente a los emblemáticos estudios de Warner Bros., bajo el inclemente sol de una histórica ola de calor que azota el sur del Estado, los manifestantes alzaron pancartas en una escena impregnada de determinación.
Al unísono, repetían consignas como "¡Puños arriba, cortinas abajo, Los Ángeles es una ciudad sindical!".
El 13 de julio marcó el inicio de la huelga de los actores estadounidenses, aproximadamente dos meses y medio después de que los guionistas encendieran su propia llama de protesta. Al igual que sus colegas de la palabra escrita, los actores están exigiendo un aumento salarial y salvaguardias contra la creciente influencia de la inteligencia artificial en el ámbito audiovisual.
Tras una votación casi unánime de sus miembros, la junta directiva de SAG-AFTRA (Screen Actors Guild - American Federation of Television and Radio Artists), el sindicato que representa a 160.000 actores que trabajan en cine, televisión y radio, anunció la convocatoria de la huelga. A partir del viernes, los actores estadounidenses cesaron todas sus actividades, tanto en los sets de rodaje como en la promoción de su trabajo.
Fran Drescher, reconocida actriz y presidenta de SAG-AFTRA, quien brilló en la popular serie 'The Nanny', explicó que la huelga era "un último recurso" ante la negativa de los estudios a ceder.
"La forma en que nos tratan es escandalosa. Gritan pobreza mientras despilfarran cientos de millones de dólares en sus altos ejecutivos", protestó enérgicamente. Las negociaciones para renovar los contratos de los actores entre el sindicato y los grandes estudios se habían prolongado durante cuatro semanas, antes de fracasar.
Plataformas de streaming e Inteligencia Artificial, en el centro del conflicto
En respuesta a las reivindicaciones de los actores, la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP), que representa a los estudios históricos (Disney, NBC Universal, Paramount, Warner Bros, Sony) y a las destacadas plataformas (Netflix, Amazon, Apple), expresó su decepción y consideró las demandas como "poco realistas". El presidente y director de Disney, Bob Iger, arremetió contra los huelguistas y sus expectativas, advirtiendo en una entrevista con 'CNBC' que la huelga tendría "un efecto muy, muy perjudicial para toda la industria".
Horas antes de que las negociaciones se rompieran, la alianza afirmó haber presentado propuestas significativas, especialmente en lo que respecta a los aumentos salariales. La AMPTP subrayó que la huelga no es el resultado esperado y agregó que "los estudios no pueden funcionar sin los artistas que dan vida a nuestras películas y programas".
En estos momentos, analistas predicen una prolongada huelga, con ambas partes convencidas de tener el poder de ganar. Se espera que la producción cinematográfica y televisiva se detenga en Estados Unidos, a excepción de las producciones independientes. Mientras tanto, populares series como 'Stranger Things' y 'The Handmaid's Tale' ya se han visto suspendidas.
Y es que los actores muestran una motivación excepcional y, temerosos de que los negociadores que los representan cedan en sus demandas, figuras de renombre como Meryl Streep y Jennifer Lawrence han publicado una carta manifestando su disposición a hacer sacrificios.
"Nos encontramos en un punto crucial", suplicó Fran Drescher. "La industria está experimentando cambios significativos debido al streaming, lo digital y la Inteligencia Artificial. Si no resistimos, corremos el riesgo de ser reemplazados por máquinas". Tanto actores como guionistas están decididos a no quedarse de brazos cruzados ante la transformación del modelo de negocio de Hollywood desde la irrupción de Netflix hace dos décadas.
Exigen un aumento salarial, dado que el streaming multiplica las repeticiones sin que ellos reciban una remuneración adicional por ello. También reclaman una participación en las ganancias en caso de grandes éxitos, aunque las plataformas no revelan sus datos de audiencia.
Además, solicitan garantías en cuanto al uso de la Inteligencia Artificial (IA), manifestando preocupación por la posibilidad de que dicha tecnología pueda generar guiones o replicar su voz e imagen. Los actores expresan inquietudes sobre el impacto que esto podría tener en su trabajo y en la preservación de su identidad artística.
Actualidad Laboral / Con información de France 24