07-12-2017
Lo han perdido todo por los devastadores incendios que asolan California: su casa, su trabajo y su paz. Pero casi ninguno de ellos está dispuesto a pedir ayuda pública, a visitar un refugio oficial ni mucho menos a hablar de sus pérdidas, por muy desgarradoras que estas sean.
Los trabajadores latinos de California tienen un miedo mayor que el fuego: ser deportados. Como ocurre en otras tragedias naturales, los incendios en el norte de California han hecho visible lo que antes había estado oculto: una amplia población latina, trabajadora y vulnerable.
Por ejemplo, en el condado de Sonoma, uno de los más afectados por las llamas, viven 20.000 trabajadores indocumentados.
“Uno estaba tan feliz con las noticias de la semana pasada de que ya se estaban firmando cosas para poder estar más tranquilos con los temas migratorios en California", dijo Ezequiel Márquez, que lleva 20 años en Estados Unidos, en referencia al paso del gobernador californiano para convertir el estado en santuario. "Y entonces llegan los incendios que tiran afuera a todo el mundo y lo exponen al peligro”.
Cualquier lugar menos un albergue
Se cree que muchas de las personas que continúan desaparecidas tras los incendios podrían ser trabajadores indocumentados de la zona con miedo a acudir a las autoridades y ser cuestionados por su estatus migratorio.
El Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) aseguró que suspendió todos los operativos de inmigración en las áreas impactadas por los fuegos y recordó que no se harán detenciones en refugios ni centros de evacuación. Los funcionarios locales han intentado persuadir a la población en ruedas de prensa de que estarán seguros y a nadie se le preguntará por documentos en un albergue.
Pero para algunos no es motivo de tranquilidad suficiente
Una de las personas que ha preferido no acudir a los refugios es Marta Luna, residente de Santa Rosa y trabajadora en los viñedos de Sonoma desde hace siete años. "Yo mejor me vine con mi familia", dijo a Univision.
Luna fue evacuada desde el lunes de su casa y aún no ha podido volver porque está lejos y sin carro. "En las redes sociales circulan rumores de que, aunque no pidan papeles en los refugios, sí hay oficiales de migración vestidos como civiles. Uno no sabe si es verdad, pero como están las cosas, podría ser”.
El miedo a los albergues es tal que algunos indocumentados han preferido dormir en las playas antes que acudir a estas instalaciones.
Otros, aunque se han atrevido a acudir a estos centros, no se han sentido bien recibidos.
“Pueden decir lo que quieran, pero yo estoy aquí y en este albergue se puede sentir la hostilidad de las fuerzas militares con las personas que a ellos les parecen que no tienen papeles. No se siente bonito”, dijo Emilia, indocumentada que se encuentra en el albergue de Fairgrounds de Santa Rosa, Sonoma.
Paranoia y miedo entre los indocumentados
Los feroces incendios en California no ocurren en un momento cualquiera, sino en un contexto donde las políticas migratorias del país se han endurecido. La paranoia entre los campesinos del vino es tal que algunos incluso dicen que los incendios fueron provocados para que llegaran a los albergues y desde allí deportarlos.
“Para muchos de estos campesinos perder la casa no es nada comparado con perder su trabajo o ser deportados”, destaca a Univision Armando Elenes, del Sindicato de Campesinos de Sonoma y Napa. Ellos han hecho su vida aquí y se sienten muy orgullosos de sus esfuerzos y logros.
Sobre esto, Victoria Ruiz, abogada de Farm Workers Justice, aseguró a Univision que no es ninguna sorpresa este comportamiento. Históricamente ocurre que los campesinos en EEUU han sufrido en silencio y no quieren hablar ni buscar ayuda porque tienen temor de ser expulsados o maltratados.
Ruiz aclara que esto no significa necesariamente que soporten malos tratos, pagos o condiciones insalubres en los viñedos, pero sí significa que muchos no conocen o no defienden sus derechos como trabajadores.
Sin embargo, los incendios también están trayendo algo de eso.
Luna contó cómo este viernes declinó la invitación que le hizo el viñedo (del cual no quiso revelar el nombre) de regresar al campo a trabajar.
“Yo estoy necesitando muchísimo el dinero por estas jornadas, pero prefiero mi salud. El aire está muy denso y trabajar afuera con estos incendios no debe hacerle bien a nadie. Uno entiende que a la empresa le sirva y a la gente que necesita el dinero también, pero me parece que todos los empleadores deberían interesarse más en cuidar a sus personas”, añadió.
Durante una conferencia de prensa este jueves en Napa, las autoridades se sorprendieron cuando algunos trabajadores preguntaron por qué estaban siendo llamados a trabajar al campo si la calidad del aire era tan mala y denunciaron, además, que no se estaba ofreciendo la indumentaria de seguridad necesaria para protegerse. “Ya sabemos que a ellos la seguridad no es lo que les importa más”, dijo Luna.
Univision Noticias contactó con 9 viñedos para preguntar sobre los daños sufridos y sus operaciones actuales y no obtuvo respuesta.
Radiografía de los trabajadores de los viñedos
Según datos de la United Farm Workers, unos 15.000 de latinos son los encargados de cultivar las uvas de algunos de los vinos más codiciados del mundo, que salen de Sonoma y Napa.
“Muchos viven en la zona, pero otros también se acercan de Stockton o Freemont, ciudades vecinas. La paga que llega hasta US$25 por hora en momentos de cosecha es un gran incentivo. Además, hay muchas familias completas dedicadas a esto”, explica Elenes.
La mayoría de los campesinos de los viñedos son hombres (el 60%), pero cada vez hay más mujeres. Casi la totalidad de los trabajadores son mexicanos y no pocos son indocumentados. La edad promedio es entre 35 y 45 años, una edad a la que volver a encontrar trabajo se complica.
Pero a algunos no les quedará más remedio, pues las llamaradas han destruido los viñedos en los que trabajaban.
“Yo me quedé sin mi casa y barrio y casi me quedo hasta sin familia", dijo Carlos, nombre ficticio de un trabajador que tiene 20 años en uno de los viñedos de Napa, pero que pidió no ser identificado por su verdadero nombre. "Además, me dijeron que el viñedo donde trabajaba también se quemó, por lo que me quedé también sin trabajo por ahora".
El panorama que dejará los incendios a los trabajadores indocumentados será muy duro, según Elenes. "Este año la mayoría de la cosecha de uva, más de 80%, ya se había levantado". La ola de calor había causado una cosecha temprana.
Ahora habrá que esperar a los nuevos brotes en los viñedos. "Por poco que sea lo que se tarde, mientras tanto es desempleo para muchos", explica. "Además, aquí ya había escasez de casas de bajo costo y al quemarse tanta, las rentas van a subir, haciéndolas más inaccesibles para nuestros campesinos". A pesar de las dificultades que les esperan, algunos están contentos de haber conservado la vida entre las llamas. “Sé por mi cuñada que todo esto de perder la casa se siente horrible", explicó a Univision Sandra Reyes. "Ellos vivían por Coffey Park, una zona que quedó completamente devastada. Ahora está con nosotros y aquí por dicha les podemos ofrecer techo y comida. explicó a Univision Sandra Reyes. Ahora nos queda la oportunidad de trabajar y volver a empezar”.
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