Carreteras cortadas, refinerías de petróleo bloqueadas, aviones en tierra y trenes detenidos. Los sindicatos amenazaban con paralizar la economía francesa esta semana, en lo que esperaban fuera su mayor desafío hasta la fecha al plan del presidente, Emmanuel Macron, de subir la edad de jubilación.
Las primeras acciones se concretaron hoy, cuando se instó a los camioneros a bloquear carreteras e intersecciones importantes en acciones a mínima velocidad conocidas como operaciones “caracol”. Los sindicatos tenían prevista una huelga indefinida del servicio ferroviario nacional a partir del lunes por la tarde.
El gobierno se prepara para las mayores incidencias el martes, cuando se esperan huelgas de varios sectores y protestas contra la ley de pensiones en todo el país. La reforma, que subiría la edad oficial de jubilación de los 62 a los 64 años y requeriría 43 años de cotización para obtener una pensión completa, está ahora sujeta a debate parlamentario.
“Habrá un impacto muy fuerte” de los paros, indicó ayer el ministro de Transportes, Clement Beaune, en la emisora regional France-3. “Sé que para muchas personas será un auténtico dolor de cabeza”.
El ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, dijo a la televisora de noticias FranceInfo el lunes que “expresar el desacuerdo es legítimo, pero no debe llevar a un bloqueo del país, que sería peligroso para nuestra economía”.
Las autoridades instaron a la gente a trabajar desde casa el martes si era posible.
La compleja ley de pensiones es una pieza central de la presidencia de Macron y sus esfuerzos de que la economía francesa siga siendo competitiva a nivel global. El gobierno centrista, afín al sector empresarial, dijo que necesitaba mantener la solvencia del sistema de pensiones ante el envejecimiento de la población y la caída de la tasa de natalidad.
Los críticos, que según apuntan los sondeos de opinión incluyen a la mayoría de los votantes franceses, dicen que los cambios amenazan derechos franceses muy peleados. Legisladores de izquierdas señalan que las empresas y los ricos deberían aportar más para mantener el sistema a flote.
El borrador ha provocado el debate más acalorado en años en el parlamento francés.
El texto está ahora bajo debate en el Senado, donde tienen mayoría los conservadores. Se espera que la propuesta se vote a finales de semana en la cámara alta, donde Los Republicanos dijeron que votarían junto con los centristas de Macron para subir la edad de jubilación.
La autoridad francesa de aviación civil pidió a las compañías que cancelaran el 20% de los vuelos en el Aeropuerto Charles de Gaulle de París y el 30% de los vuelos al Aeropuerto de Orly, además de cancelaciones en otras ciudades. Se esperaba que los trenes a Alemania y España se detuvieran el martes, y los que iban y volvían de Gran Bretaña se reducirían en un tercio, según la autoridad ferroviaria SNCF.
El sindicato francés de ultraizquierda CGT también convocó huelgas el martes en fábricas que producen autos de Renault, Peugeot y Citroen, aviones Airbus y otros centros. Los sindicatos de estibadores amenazaban con bloquear los puertos el miércoles.
El líder del más moderado sindicato CFDT, Laurent Berger, pidió un “día de acciones muy potentes” el martes con “mucha, mucha gente en las calles”. Dijo que se habían convocado más de 250 manifestaciones en diferentes lugares del país. Después los sindicatos celebrarían una reunión para decidir los siguientes pasos de movilización, añadió.
Los sindicatos han movilizado algunas de las mayores protestas de Francia en décadas desde que se presentó la reforma en enero, pero esta semana parecía plantear un desafío especialmente grande.
El miércoles se esperaban protestas centradas en las mujeres y el impacto de la reforma de las pensiones sobre las madres trabajadoras, coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer.
Y el jueves, sindicatos que representan a estudiantes que aún no han entrado en la fuerza de trabajo intentaban movilizar a los jóvenes para que tomaran las calles para compartir sus preocupaciones sobre la edad de jubilación.
Aunque la medida tenía muchas posibilidades de salir aprobada en el Senado, los sindicatos esperaban que las huelgas y protestas de esta semana mantuvieran la presión sobre el gobierno para conseguir concesiones durante su laboriosa tramitación.
Actualidad Laboral / Con información de AP