La débil recuperación de la economía mundial ha fracasado en generar una mejora en los mercados laborales, con el desempleo alcanzando los 202 millones a nivel global en 2013, dice un nuevo informe de la OIT.
Según el informe Tendencias Mundiales del Empleo 2014, el crecimiento del empleo permanece débil, el desempleo sigue aumentando – sobre todo entre los jóvenes – y un gran número de potenciales trabajadores desalentados permanece fuera del mercado laboral.
En muchos sectores se están produciendo ganancias, pero éstas se invierten sobre todo en los mercados de activos y no en la economía real, perjudicando así las perspectivas de empleo a largo plazo.
De continuar la tendencia actual, serán creados 200 millones de empleos adicionales para 2018. Esto es inferior a la cifra necesaria para absorber el número creciente de trabajadores que ingresan al mercado laboral.
“Lo que necesitamos con urgencia es un replanteamiento de las políticas. Debemos intensificar nuestros esfuerzos a fin de acelerar la generación de empleos y apoyar a las empresas que crean empleos”, declaró el Director General de la OIT, Guy Ryder.
El desempleo juvenil sigue siendo una preocupación mayor
El informe destaca la necesidad apremiante de integrar a los jóvenes a la fuerza de trabajo. En la actualidad, unos 74,5 millones de hombres y mujeres menores de 24 años están desempleados, una tasa mundial de desempleo juvenil superior a 13 por ciento, más del doble de la tasa de desempleo general a nivel mundial.
En los países en desarrollo, el empleo informal sigue estando muy extendido, y el ritmo de las mejoras en la calidad del empleo está disminuyendo. Esto significa que un número menor de trabajadores está saliendo de la pobreza. En 2013, el número de trabajadores en situación de extrema pobreza –viviendo con menos de 1,25 dólares al día– disminuyó sólo en 2,7 por ciento a nivel mundial, una de las tasas más bajas de la última década, a excepción de los años inmediatos a la crisis.
La recuperación mundial de los mercados laborales está siendo frenada por un déficit en la demanda agregada. En muchas economías desarrolladas, las drásticas reducciones del gasto público y el alza de los impuestos sobre la renta y el consumo imponen una carga pesada sobre las empresas privadas y los hogares.
Además, una falta de coordinación estratégica entre las políticas monetarias y fiscales ha incrementado de manera substancial la incertidumbre de los mercados laborales, con empleadores que con frecuencia están renuentes a contratar o a hacer inversiones a largo plazo.
La duración del desempleo se ha prolongado de manera considerable. En algunos países como España y Grecia, quienes buscan trabajo necesitan el doble de tiempo para encontrar un empleo que antes de la crisis. Además, un número cada vez mayor de esos potenciales trabajadores se desalientan y quedan fuera de la fuerza de trabajo, lo cual produce un deterioro y una obsolescencia de las competencias, así como un incremento del desempleo por largo tiempo”, declaró Ekkehard Ernst, principal autor del informe.
“Cuando se estima que 23 millones de personas han abandonado la búsqueda de trabajo, es imperativo que sean implementadas políticas activas del mercado laboral con mayor vigor a fin de abordar la inactividad y el desajuste de competencias”, señaló Ernst.
Un cambio urgente hacia políticas más favorables para el empleo y un incremento de los ingresos derivados del trabajo impulsarían el crecimiento económico y la creación de empleo, afirma el informe. Es crucial fortalecer los pisos de protección social y promover la transición hacia el empleo formal. Esto contribuiría también a apoyar la demanda agregada y el crecimiento mundial.
Nota de prensa OIT