El uso de billetes y monedas como medio de pago está en declive. Aunque la tendencia viene desde hace tiempo, la pandemia del covid ha sido un acelerador, tal y como revelan los últimos estudios que calculan el porcentaje de operaciones que se realizan con los diferentes medios disponibles.
El efectivo está cayendo en el olvido para adquirir bienes y servicios, aunque sigue siendo popular para acumular ahorro. Este es el caso de buena parte de las economías desarrolladas, salvo Suecia, donde el uso del efectivo está cayendo en todos los ámbitos (cada vez hay menos efectivo en circulación). La sociedad sueca, a través de sus propias decisiones, podría poner fin al uso de billetes y monedas en algún momento de 2023, lo que convertirá a este país en el primero que en sea casi imposible realizar un pago con efectivo.
Suecia siempre ha ido a la vanguardia en lo que a pagos se refiere. El primer billete del mundo lo emitió el Banco de Estocolmo en Suecia como alternativa a las monedas en 1661. Ahora, el mismo país será el primero en poner fin a su uso para adquirir bienes y servicios. El propio Riksbank explica en su web que en 2010, el 39% usaban el efectivo de forma habitual para sus pagos. Para 2020, esta cifra había caído al 9%. Algunas encuestas de 2021 rebajan la cifra al 7%. Se espera que en 2023 este porcentaje sea testimonial, haciendo de Suecia el primer país que no usa el efectivo (cashless) como medio de pago.
"La economía de Suecia va camino de convertirse en completamente digital el próximo año, ya que las transacciones en efectivo pasan a la historia", asegura Clarissa Dann, directora editorial de contenido de banca corporativa en Deutsche Bank.
Actualidad Laboral / Con información de El Economista