El dinero no debe ser visto como un enemigo, sino como un medio para cubrir las necesidades, gustos, instrumentos de protección patrimonial, filantropía; y poder llegar al mindfulness financiero. Llega un momento en la vida de cada persona donde el estrés financiero se hace presente. La incertidumbre acerca del futuro monetario nos hace sentir algunos malestares; y ocupa más tiempo del que nos gustaría, dentro de nuestros pensamientos.
En muchas ocasiones, sufrir estrés nos hace desconcentrarnos de las cosas que realmente deben captar nuestra atención, como la familia, el trabajo o las labores académicas. Lo que nos puede orillar a ser menos productivos, e incluso, propensos a imprevistos y accidentes, por la falta de atención en nuestras actividades diarias. Por eso, hoy nos enfocaremos en el diagnóstico, prevención y tratamiento del estrés financiero.
1- DIAGNÓSTICO
Revisar la aplicación bancaria más que las redes sociales, pensar en cómo llegar al final de la quincena con dinero suficiente, preocuparnos por tener que evitar cualquier imprevisto; o por no tener cómo afrontarlo mediante un fondo para emergencias, son síntomas de estrés financiero. No significa que debamos dejar de tener interés en la planeación de nuestro día a día, sino que existen factores de riesgo, que nos pueden llevar a una situación financiera no deseable.
¿Sientes que solo podrás tener finanzas sanas ganando más dinero? Más ingresos no son sinónimo de finanzas sanas, si bien son parte de la ecuación; el estrés financiero se da a cualquier nivel de ingresos, si no existe una correcta organización de estos. ¿Percibes que estás solo cuando de tus finanzas se trata? En México y Latinoamérica, desgraciadamente, el tema financiero aún es un tabú; cuántas veces hemos escuchado que hablar de dinero está mal. Sin embargo, hablar de dinero puede ayudarte a desarrollar nuevas percepciones, e ideas sobre qué hacer con tus finanzas; cómo mejorarlas y qué tipo de productos puedes utilizar.
¿Las deudas no te dejan dormir? Esto puede deberse al pago de altos intereses, mismos que no te permiten liquidar de manera pronta las deudas contraídas. Un número o monto alto de deudas pueden crear una bola de nieve de pagos, que afecten nuestro día a día.
¿Sientes que revisando la app del banco tendrás más saldo en tus cuentas? Cuando nos enfocamos en la acumulación de dinero, podemos perder el foco de ponerlo a trabajar. Hoy en día existen muchas opciones que pueden apoyar, a que nuestro dinero trabaje por nosotros; en lugar de nosotros trabajar por él.
2- PREVENCIÓN
- Realiza un presupuesto: Para poder poner en orden nuestras cifras, es necesario expresarlas en papel. Hacer un listado de nuestros ingresos y egresos, con el fin de identificar de qué manera podemos mejorar, y aumentar nuestras fuentes de ingreso. O, en su defecto, hasta qué límite podemos disminuir nuestras salidas de efectivo. Dentro de este último punto, es importante priorizar los gastos o salidas que comprometen nuestro día a día. Por ejemplo, no podemos recortar la comida, pero sí las salidas a restaurantes y cafeterías fancy.
Identificar esto, puede ayudarnos a definir si es necesario aumentar nuestras fuentes de ingresos, o con recortar los gastos podemos terminar el mes con saldos positivos. Ya que obtener un excedente al final de cada mes, será nuestra materia prima para poner a trabajar nuestro dinero.
- Conversa sobre dinero y finanzas: En el orden de espabilar nuestra mente, para conocer nuevas formas de generar ingresos y hacer de nuestros excedentes algo productivo; siempre será sano hablar abiertamente de dinero. Estás charlas nos ayudarán a percatarnos sobre diversos escenarios, que deberemos evitar en un futuro; (desde experiencias ajenas) e incluso, a aplicar estrategias de otras personas que funcionen en nuestro caso. Así que, comienza con tus amistades más cercanas o incluso, algún asesor financiero independiente; quien desde un punto de vista neutral, puede darte un diagnóstico más concreto sobre tu situación financiera, y cómo tomar las riendas de esta.
3- TRATAMIENTO
- Organiza tus deudas: No eres ni serás la primera persona que por descuido o desorganización se sobreendeuda, pero sí puedes ser la que solucione esta situación. El gran problema de las deudas es que cuando comenzamos a ver la montaña crecer y dejamos de pagarlas, se vuelven una bola de nieve. Y son capaces de dejarnos con déficit financiero o comportamientos negativos, en las sociedades de información crediticia. Uno de los mejores métodos para sanear esto, es recurrir a organizar nuestras deudas por monto y tasa de interés.
A partir de ello, comienza a pagar las que mayor tasa de interés cobran, con el fin de disminuir tu costo financiero. Una vez que termines con las primeras deudas, continúa dedicando un monto similar al pago de las siguientes; con el fin de realizar mayores adelantos al capital pendiente de pago. Si bien es un proceso que lleva tiempo, la constancia hará que puedas sanear tu situación financiera. Y que tus recursos comprometidos, ahora puedan trabajar para ti.
- Comienza a invertir: Es hora de hacer productivo nuestro dinero y no es el final del camino, sino el comienzo de uno más interesante. Cuando de inversiones hablamos, la formación de un patrimonio no se hace con suerte, sino con constancia.
Hoy en día existen muchas opciones de inversión: bonos, acciones, divisas, metales, instrumentos bancarios, fondeo colectivo o criptoactivos; cada uno con características y perfiles de riesgo/rendimiento diferentes. Lo ideal en este escenario es comenzar con productos conservadores, que nos puedan brindar una idea clara de cómo se manejan los instrumentos financieros; e ir creciendo en sofisticación a lo largo del tiempo.
Tener un asesor financiero de cabecera y realizar investigación por nosotros mismos; pueden ser herramientas de gran utilidad. Al final del día, este dinero productivo deberá proveer los medios para alcanzar nuestros objetivos, dentro de los diferentes plazos (estudiar, casarnos, comprar una casa, ahorrar para el retiro, etc.). Es muy importante que analices las opciones e instituciones donde invertirás tus recursos, para evitar ser víctimas de fraudes financieros.
En conclusión, el estrés financiero como cualquier situación no deseada, se puede prevenir. Comenzar en una etapa temprana puede ahorrarnos muchos dolores de cabeza y situaciones que comprometan nuestra vida diaria. Si existe una situación donde consideres que necesitas ayuda, siempre habrá profesionales en finanzas y negocios que podrán guiarte hacia una verdadera solución a través de métodos simples y prácticos.
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Actualidad Laboral / Con información de Forbes México