21-12-2016
"Venezuela es actualmente una economía zombi, pues sufre la inflación más alta en el mundo, su contracción alcanza 20% en dos años y presenta escasez de productos básicos únicamente visto en las economías comunistas del siglo XX", reseñó el diario estadounidense The New York Times en una reciente publicación firmada por el economista venezolano Ángel Alayón.

Criticó la decisión del presidente Nicolás Maduro de retirar de circulación los billetes de 100 bolívares, generando una crisis de papel moneda.

“¿Tiene sentido desaparecer el efectivo sin estar preparado y de una forma que golpea con más fuerza a los más pobres? La respuesta es negativa y solo puede ser entendida como el corolario de un modelo económico que fracasó hace mucho tiempo, pero que persiste en sus errores para tormento de los venezolanos. Venezuela es hoy una economía zombi.”, se lee.

Alayón asegura “la crisis del efectivo fue precipitada por la decisión de Maduro. La introducción de un nuevo cono monetario suele ser un proceso planificado con una estrategia comunicacional adecuada para evitarle problemas a la población y a los comercios”. Sin embargo, el Ejecutivo pretendía dar tres días para retirar de circulación los billetes de 100 bolívares, pero al terminar dicho plazo no se vieron los nuevos billetes. El artículo recuerda que en la anterior reconversión monetaria, en 2008, tanto los viejos como nuevos billetes convivieron por tres años.

The New York Times destaca que la tesis del gobierno de que los billetes estarían almacenados por mafias es falsa, debido a que el bolívar no es utilizado como reserva de valor por la inflación que ha sufrido. “Desde enero de 2008, cuando las autoridades le quitaron tres ceros a la moneda, hasta diciembre de 2015, el bolívar ha sufrido una inflación de 2257 por ciento”.

“El billete de cien bolívares compraba veintitrés dólares en 2008, pero hoy compra apenas cuatro centavos de dólar a precio de mercado negro. Nadie puede beneficiarse de su acumulación masiva, mucho menos pagando costos de transporte y almacenamiento en algunos de los países más caros del mundo, sin mencionar los riesgos de introducir dinero en efectivo en esas cantidades en cualquiera de los países mencionados”, se lee en la publicación.

“El billete de cien representaba el 77,4 por ciento del valor de todo el efectivo que circulaba en Venezuela. El billete de más alta denominación pasaría de cien bolívares a veinte mil, un reconocimiento del poder destructivo de la inflación, un fenómeno que sí explica la crisis de efectivo que vive Venezuela. El Banco Central de Venezuela anunció la introducción de billetes de más alta denominación el pasado 4 de diciembre, pero hasta ahora no han sido distribuidos”.

Alayón explica “la salida de circulación del billete de cien generó fuertes protestas y saqueos en zonas donde el funcionamiento de la economía depende del efectivo. Maduro ordenó el cierre de la frontera de Venezuela con Colombia y Brasil como parte de la estrategia del gobierno para evitar el reingreso de billetes a Venezuela”.

Para finalizar el articulo sugiere “mientras los controles de cambio y de precios se mantengan, y el proceso inflacionario siga su curso, las distorsiones monetarias y la actividad criminal relacionada con la frontera continuarán sin nada que pueda impedirlo”.

“La solución de fondo radica en el abandono de un modelo económico sostenido en el gasto público financiado por el Banco Central de Venezuela —receta clásica de la inflación— que crea todas las oportunidades imaginables a la corrupción y cuyo único resultado posible es la pobreza”.

Actualidad Laboral / Con información The New York Times