El triunfo de los Cachorros de Chicago en la Serie Mundial puso fin a una sequía de 108 años sin ganarla y permitió al presidente del equipo, Theo Epstein, acabar de nuevo con otra de las "maldiciones" históricas que se daban dentro del béisbol de las Grandes Ligas.

Epstein era consciente, que cuando recibió la oferta de los Cachorros para encargarse de la reconstrucción del equipo que más tiempo había estado en la historia del deporte profesional en Estados Unidos sin conseguir un título, se enfrentaba al mayor reto de su exitosa carrera profesional.

Que precisamente había desarrollado al frente de otra franquicia, la de los Medias Rojas de Boston, a la que también llegó con el encargo especial de acabar con la llamada "Maldición del Bambino".

Cuando tenía apenas 28 años, en noviembre del 2002, se convirtió en el gerente general más joven en la historia de las mayores al ser contratado por los Medias Rojas.

Su gestión fue brillante y con el toletero dominicano David Ortiz como gran líder del equipo, Boston ganó la Serie Mundial en el 2004 y nuevamente en el 2007 con las que puso fin a una sequía de 86 años sin que los Medias Rojas ganasen el "Clásico de Otoño".

Lo tenía todo a su favor para seguir al frente el equipo campeón y ganador, pero Epstein renunció tras la temporada del 2011 y asumió el cargo de director deportivo de los Cachorros, que habían sido adquiridos por la familia Ricketts dos años antes, y se encontraban en plena crisis de juego.

"Luego de 10 años, no importa cuán apasionado sea uno, es ver los mismos problemas día tras día y ver a la misma gente", valoró entonces Epstein para explicar la decisión de salir de la organización de los Medias Rojas. "Es el mismo panorama diario por 10 años y eventualmente uno se beneficia de tener un panorama distinto, problemas distintos".

Su filosofía le vino a dar la razón, llegaba a una organización con una realidad muy distinta a la que se vivía en los Medias Rojas, pero con el mismo objetivo, la de superar la sequía de títulos que muchos achacaban a la "Maldición de la Cabra", y todo por cambiar.

El triunfo ante los Indios no dejó ninguna duda que el proceso que inicio fue el acertado y de ahí que al concluir el Séptimo Partido de la Serie Mundial admitiese que no sólo ganaron sino que lo hicieron de forma brillante, su mayor satisfacción.

"Es apropiado que ganamos con uno de los mejores partidos en toda la historia", expresó el miércoles por la noche tras ganarle a los Indios por 8-7 en 10 entradas en Cleveland. "Fue simplemente increíble, un homenaje a nuestros jugadores, a su espíritu de lucha".

Junto al gerente general Jed Hoyer, un hombre de su completa confianza, Epstein, reestructuró totalmente al equipo.

Epstein pasó de tener que aguantar varias temporadas con 100 o más derrotas al final de temporada a ser los nuevos campeones del "Clásico de Otoño".

Todos reconocen la gran valía de Epstein como gestor y formación de equipos ganadores, que quedó de nuevo demostrada en la manera como cambió la historia de los Cachorros al poner fin a una amarga travesía de 108 años sin conseguir un título de campeones nacionales.

Terry Francona, el piloto de los Indios, que dirigió a los Medias Rojas cuando también estaba Epstein, dado que él lo ficho, dijo que la gran virtud que posee como experto en acabar con las "maldiciones" es que no cree en ellas y además confía plenamente en los profesionales que contrata para su equipo.

Candidato al Salón de la Fama



Theo Epstein podría ya no ser visto como un niño prodigio, como lo fue cuando llevó a los Medias Rojas a ganar la Serie Mundial en 2004 tras haber sido firmado como gerente general, pero lo que logró en Chicago lleva a pensar que esto es exactamente lo que Tom Ricketts pensó que era cuando el propietario de los Patirrojos contrató a Epstein hace cinco años - un tipo fuera de serie capaz de hacer la diferencia.






Epstein hizo quizás el último mérito que le faltaba para poder aspirar a Cooperstown con la dramática victoria 8-7, en 10 entradas, en el Juego 7 de la Serie Mundial. El mismo hombre que se encargó de ponerle fin a una sequía de 86 años sin títulos de los Medias Rojas hizo lo mismo con otra aún más larga, la de 108 años de los Cachorros.

"Siempre ha tenido un plan en mente", dijo Ryan Dempster, el ex lanzador de los Cachorros quien ahora trabaja como asesor especial. "Todo lo armó para tener éxito y le funcionó. Es sorprendente. Va rumbo al Salón de la Fama. Puede hacer lo que él quiera. Lo que ha logrado en dos diferentes ciudades, acabó con dos maldiciones, es algo legendario".



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