‘Para ser irreemplazable, uno debe buscar ser diferente’
- Coco Chanel.
Estamos en pleno nacimiento de la Cuarta Revolución Industrial y hay cosas que no nos deberíamos estar cuestionando todavía. Estamos viviendo un cambio de cultura laboral, con puestos de trabajo que hace apenas 10 años ni existían, y quién sabe si nuestro puesto será necesario en los próximos años.
Nuevos sectores en marcha y una necesidad de estar visibles y tener un ‘escaparate’ en el que puedan ver lo buenos que somos y lo bien que hacemos nuestro trabajo, se vuelven fundamentales. Eso sí, con sentido común.
Google es un buscador de muchas cosas… y también de talento, así que mejor estar preparados y que nos encuentren ‘guapos’ cuando tecleen nuestro nombre, porque permanecer en el anonimato sin que nadie nos moleste ya no es una opción.
Tom Peters fue el primero en hablar de esto de la ‘Marca Personal’ en 1997. Toca hacerle caso de una vez.
Y, ¿por dónde empezar? Si os parece os cuento los pasos imprescindibles por los que sí deberíamos pasar.
- Dotarse de unos conocimientos técnicos mínimos en el ámbito digital con el fin de lograr la soltura inicial para movernos con seguridad por este medio, para muchos por desgracia, desconocido. Algo, que además, os agradecerán tus organizaciones debido al importante gap tecnológico existente en un importante número de directivos.
- Tener claro el objetivo es fundamental para no dar palos de ciego ni despistar a nuestros posibles seguidores. ¿Qué quieres? ¿afianzar tu actual posición? ¿demostrar tus aptitudes y conocimientos en un área determinada? ¿tener un perfil atractivo de cara a un cambio de posición o reinvención profesional?
- Un DAFO nunca viene mal. Esa matriz en la que plasmar vuestras Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades. Te dará una visión real y actual de tu situación y te ayudará a detectar puntos que te diferencian del resto y a definir qué profesional quieres ser. Es una parte que considero imprescindible y tiene un nombre lapidario: autoconocimiento. ‘Para ser irreemplazable, uno debe buscar ser diferente’, dijo Coco Chanel.
- ¿A quién quieres llegar? ¿Cuál es tu público objetivo? Tienes que investigar y ver cuáles son sus perfiles, en qué redes están, qué cosas les interesan. Esa información te será de gran utilidad para luego aportarles valor en función de sus necesidades y preferencias.
- Estrategia. Nada de improvisación. Debes tener claro qué comunicar, dónde, cuándo, y cómo. Aquí incluiría la selección de medios. Tampoco te agobies. No hay que estar en mil redes sociales. Elige en las que está tu audiencia. Ni más, ni menos.
- Imagen. Por favor, cuídala mucho. Es fundamental. Aquí sí que no hay segundas oportunidades. Elegid cuidadosamente vuestras fotos de perfil y de portada. La presentación, los colores… Que se vea bien desde cualquier dispositivo, que no pixele… siempre digo que un tuit, además de aportar valor debe, y puede, ser bonito.
- Escapa del yo, yo, yo… y potencia el nosotros en tu comunicación. Escapa del autobombo, interactúa, conversa, participa en grupos de LinkedIn acordes a tus intereses, conviértete en referente.
- Humildad y sencillez. Ir de sofisticado y ‘sabelotodo’ espantará a tu comunidad. Nada de pedantería. Cercanía. Ya dijo Exupery que ‘la perfección se logra no cuando ya no se tiene nada que agregar, sino cuando no se tiene nada que quitar’.
- On, on… pero el off es fundamental. Eventos, congresos. Hay que dejarse ver, interactuar, presentarse...
- Y siempre, como decía al principio, con sentido común. No pierdas la coherencia. No quieras ir de lo que no eres porque es una carrera demasiado corta. Hazle caso a Wilde: ‘sé tú mismo. Los demás puestos están ya ocupados’.
El entorno digital favorece el contacto entre personas y es una oportunidad que debemos aprovechar. Es una oportunidad excelente. Cualquier organización de éxito que se precie y con presencia en medios, tiene un CEO con una marca personal potente que representa y ‘viraliza’ los valores de la compañía allá donde va… también en el mundo digital.
A muchos, el rápido cambio tecnológico les ha pillado con el pie cambiado y se ha creado una brecha que puede ser difícil de cerrar. No entender lo que está ocurriendo puede herir de muerte a un directivo… y a su organización. No caigamos en ese error estratégico. Ya no es una opción. Se ha convertido en un requisito imprescindible en un momento en el que la transparencia es un valor. Esperar hará que nos quedemos atrás. El que dé el paso, llevará la delantera con respecto a su competencia.
¡Cuántas cosas! Con lo ocupados que estamos… Tranquilos, no es para tanto, y la tecnología ayuda. Pero eso es tema de otro artículo. Ya les contaré. Y recuerden las palabras de Margaret Thatcher: ‘Si nuestra única oportunidad es la de ser iguales, no es una oportunidad’.
Actualidad Laboral / Con información de Estrategia y Negocios / José Luis Casal