¿Emprendo o no emprendo? Si a ti que lees esto, se te está pasando por la cabeza emprender, quizás te identifiques con este pensamiento: "No me siento lo suficientemente preparado para hacerlo y, desconozco los pasos a seguir". La buena noticia es que nadie nace sabiendo de complicaciones empresariales. La menos buena es que, probablemente, no será un camino de rosas. Pero triunfar emprendiendo no es imposible. He aquí la miniguía para emprender que nos propone Cofidis (entidad financiera especializada en la concesión de créditos con sede principal en Francia):
Lo que hay que saber antes de montar un negocio en Internet
Lo primero es abrir bien los ojos para ver qué está pasando a nuestro alrededor. Por ejemplo, con la crisis de la COVID-19 hay sectores que se han visto beneficiados a corto plazo, como el e-commerce, la alimentación o el entretenimiento online; a medio plazo, como el la digitalización orientada a teletrabajo, formación o salud. A largo, los beneficiados serán los relacionados con la calidad de vida: mejoras de la vivienda, cuidado de la familia, seguridad o gestión del tiempo.
Los sectores más perjudicados: restauración, viajes, eventos y entretenimiento presenciales. Si optamos por montar un negocio en Internet, primero debemos escoger bien el producto o servicio, y ver si hay una posible demanda o nicho y valor añadido respecto a la competencia, definir un plan de negocio, tener una buena organización interna del trabajo o elegir un buen nombre. Hacer la Web, publicidad online, fidelizar a los clientes u organizar la logística.
Principales riesgos de ser independiente y cómo solventarlos
Al convertirnos en independientes, nosotros somos la empresa y respondemos por ella con todos nuestros bienes presentes y futuros, ante las posibles deudas que contraigamos. Y cualquier imprevisto (accidente, enfermedad de larga duración, pandemia, incendio, robo...) puede obligarnos a cerrar. Según la actividad profesional, podemos prever algunos de los riesgos de ser autónomo: principalmente, pérdidas del patrimonio, enfermedades y accidentes del personal, responsabilidad civil frente a terceros o retrasos/impagos.
- Ante retrasos o impagos, paralización de la actividad o enfermedad leve, una hucha o reserva financiera independiente puede ser la mejor solución. A medida que entre dinero, podemos ahorrar para protegernos de pérdidas de liquidez o de retrasos.
- Cuanto mayor sea el patrimonio que requiera la empresa para funcionar, más conveniente será tener un seguro que lo cubra.
- Es aconsejable valorar un posible impacto a terceros derivado de un robo, o daños en las mercancías o un ciberdelito, y cubrirlo con un seguro multirriesgo.
- La pérdida de ingresos puede compensarse con un seguro de indemnización que amplíe las rentas ante una baja médica larga o un accidente.
- Si la caída de ingresos es por retrasos o impagos puede contratarse un seguro de crédito. Un consejo: siempre que sea posible, no aceptemos trabajos con cobros a más de un mes.
- En actividades profesionales de gran responsabilidad (sanidad, asesoramiento profesional a empresas...) con grandes indemnizaciones mejor plantearse la separación de bienes con nuestra pareja para que la contingencia no afecte a la familia.
Errores más comunes a la hora de emprender
Muchos jóvenes -milenials y centenials- se han planteado emprender tras la pandemia. Lo ven como la única solución factible para su futuro laboral incierto. De ahí, que estos quieran asegurarse de montar un negocio rentable.
Uno de los errores que puede acabar dinamitando nuestro futuro y nuestros sueños es la falta de un buen plan de negocio. Nuestra idea debe ser sólida y clara, que se entienda. Un estudio de mercado sobre ella, la competencia y nuestras ventajas competitivas marcarán la diferencia. Después, un plan de marketing demostrará que nuestro proyecto puede funcionar, y un plan económico-financiero será el paso imprescindible para probar su viabilidad técnica comercial y económica.
Se recomienda no pedir financiación a familiares y amigos (otro craso error) porque nos saltaremos este importante examen externo. Tendremos que acudir a fuentes de financiación externas, por lo que hay que ser realistas y sinceros (no serlo es otro gran error).
Lo que nunca es un error a la hora de emprender es confiar en uno mismo, en nuestras fortalezas para tirar adelante una idea en la que creemos firmemente. Y si vemos que no es el momento ideal, que la impaciencia no haga que nos precipitemos. Nunca es tarde si la idea es (muy) buena.
Actualidad Laboral / Con información de La Vanguardia