La manera de comunicarse e interaccionar es fundamental en el entorno profesional y tener alrededor personas tóxicas dificulta las relaciones profesionales y generan un desgaste innecesario en uno mismo. Y es que este tipo de comportamientos en el mundo laboral puede ser especialmente difícil de soportar, incluso en el teletrabajo.


Lo más importante es aprender a detectar cómo actúan y se comunican estas personas para prevenir y afrontar conflictos y mantener relaciones constructivas. David Comí, director y formador de Incrementis, facilita las claves y pone énfasis en la importancia de la asertividad para prevenir conflictos, afrontar la falta de respeto, además de ataques y posibles intentos de manipulación. La asertividad sería la capacidad de expresarse y decir lo que uno piensa y valora, sin ofender, disminuyendo la probabilidad de ofensa y respetando a la otra persona y a uno mismo. Lo contrario serían las siguientes maneras de actuar:


Comportamiento pasivo


Actitud de sumisión con temor a reacciones externas al decir las propias opiniones. No defender el propio criterio y la respuesta habitual es la evitación. Elevado sufrimiento personal y relaciones poco constructivas y fructíferas. Ceder, “tragar” los sentimientos y pensamientos.


Comportamiento agresivo


Mecanismo de autodefensa y hostilidad. Forma de imposición y uso de la fuerza. Generan un alto gasto de energía, con efímeros resultados, y sólo de impacto a corto plazo. Reflejan habitualmente frustraciones e inseguridades personales.


Comportamiento manipulador


Actitud muy sutil y ambigua. Su objetivo principal es conseguir beneficios propios. Infravalora a las personas con las que se relaciona. Recurre a las trampas y a las artimañas. Muestra alto orgullo y estima de sí mismo.


Cinco tipos de personas tóxicas y cómo actuar y afrontar sus comportamientos


La persona criticona


Le encanta criticar y resaltar lo negativo de los demás. Necesidad de desprestigiar para camuflar su falta de seguridad. El único objetivo es ofender. Personaliza la crítica y no va a los hechos concretos.


Cómo actuar: La clave es no ponernos a la defensiva para evitar así entrar en su juego. Aceptamos la crítica argumentada, pero no la parte exagerada, subjetiva o fuera de contexto.


La persona impulsiva y con ataques de rabia


Incapaz de manifestar lo que siente si no vocifera o golpea la mesa. Demuestra inmadurez y pérdida de control. Es el “niño” que cree que con pataletas se consiguen las cosas.


Cómo actuar: Es importante no tomar su rabieta como un ataque personal. Hay que esperar que se le “pase la tormenta” y se calme antes de hablar con él/ella. Uso de gestos y voz que demuestre tranquilidad, comprensión y empatía.


La persona negativa y quejosa


Sólo ve problemas a su alrededor. En su mundo no existen las propuestas y soluciones. Todo le parece “imposible”. Exagera la realidad, si es necesario.


Cómo actuar: Escuchar inicialmente sus objeciones para que se “desfogue”. Tratar de que nos demuestre su negatividad con datos y pruebas objetivas. Si es preciso, cambiar de conversación. No vale la pena entrar temporalmente en un diálogo no constructivo.


La persona manipuladora


Es altamente peligrosa. Utilizan medias verdades para su propio beneficio. Las personas son sólo un medio para conseguir sus objetivos personales. Crea malentendidos si es necesario. No tiene ningún respeto por la verdad.


Cómo actuar: Antes de interactuar, es vital estar preparados con hechos demostrables, para evitar manipulaciones. Responder siempre a sus engaños. Hablar siempre con mensajes simples y claros. No explicarles muchas situaciones privadas del pasado. Le transmitimos firmeza y asertividad desde el inicio.


La persona dictadora y agresiva


Le gusta intimidar y mostrarse arrogante. Necesita dominar todo lo que le rodea. Es intolerante a la actitud de los demás y no soporta a los que no piensan como él/ella. La verdad es “su” verdad.


Cómo actuar: No mostrar conductas de sumisión, pensará que somos débiles y aumenta su conducta dictadora. Le tratamos en todo momento con el máximo respeto, pero con mucha firmeza. Es clave usar un tono de voz directo, claro y conciso.


Actualidad Laboral / Con información de RRHH Digital