“Soy un trabajador híbrido", dice el joven de 22 años, en voz muy baja, esperando la repregunta "¿Y eso, qué es?"
"Ser híbrido" es una nueva categoría. Es una condición que vale tanto para la empresa como para el trabajador. Se inició en España, se extendió a la Argentina, luego en Colombia y está llegando a México al mismo tiempo que se expande en Europa.
Las empresas son el conjunto capital humano que las integran, y es el talento de los trabajadores junto a la estrategia de negocio, lo que les permite que innoven, crezcan y sean competitivas a lo largo del tiempo.
Hoy la constante y acelerada evolución de la tecnología, de la información y de las comunicaciones, genera un cambio en la manera de crear equipos, pues conjugan en sus estructuras personas que desde fuera de la organización trabajan a distancia bajo nuevas modalidades de funcionamiento: híbridas.
Del verbo hibridar o conjugar, se trata de empresas que incluyen en sus estructuras profesionales de planta y otros a distancia por fuera de la plantilla. Trabajadores 3.0 que son contratados por medio de plataformas globales que facilitan la tarea con un recorrido 360, desde la oferta, la coordinación, el proyecto hasta los pagos.
De este modo es "híbrido" un trabajador 3.0 que además de gestar sus propios proyectos es parte de un equipo virtual y una empresa que tiene en sus estructuras ambas categorías de profesionales de plantilla y a distancia con la misma interacción que si estuvieran en el mismo lugar físico.
El 2020 está cerca y la tendencia indica que trabajadores y empresas híbridas, serán una de las más preponderantes estructuras para generar negocios. Si consideramos que la Generación Y o Millennials la integran más de 1.700 millones de jóvenes en el mundo, tecnológicos, flexibles y creativos; aunque también impacientes, ambiciosos y con altas expectativas para con sus empleadores, nos enfrentamos a un importante desafío.
Cómo es sabido, las organizaciones enfrentan una crisis de talento y de estilos de gestión. Cinco generaciones conviven en las empresas con distintas experiencias y hábitos de trabajo. Oxford Economics encuestó a más de 5.400 empleados y ejecutivos. Entrevistó a 29 directivos en 27 países y concluyó que dos tercios de las empresas no hicieron progresos significativos en la creación de una fuerza laboral que responda a sus futuros objetivos de negocio y esto es un problema. ¿Se trata de la necesidad de crear nuevos desafíos? ¿De motivarlos? ¿De crear nuevas aproximaciones audiencias-marca? ¿De tener más tiempo libre?
Quizá sea más simple. Aceptar que el mundo cambió, que la tecnología trajo consigo un nuevo modelo de desarrollo que vincula a trabajadores con proyectos a través de la nube, trabajo 3.0. quiebra geografías, abre un nuevo mundo de oportunidades y habilita a ser gestores del cambio que trae consigo altos beneficios económicos en las estructuras. Es una manera de contratación que permite a las empresas acceder a los conocimientos adecuados y exactos en el momento justo para un proyecto específico.
Se trata de algo más profundo que solo un cambio económico, es un cambio cultural y social, casi tan importante como en su momento lo fue la Revolución Industrial. Este cambio a un trabajo mucho más independiente tendrá un gran impacto en los estilos de consumo, en la manera de vivir, en la creación de comunidades y en el poder económico.
Es una nueva forma en la que las empresas pueden armar sus equipos de trabajo con un mix de profesionales de plantilla y trabajadores 3.0/freelance. En la Argentina se estima han generado más de u$s16 millones. Es un trabajo online-offline.
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