Los empleados de la Administración pública italiana volverán, a partir del 15 de octubre, a sus puestos de trabajo en modalidad presencial y no podrán continuar teletrabajando; según un decreto del Gobierno firmado por el primer ministro italiano, Mario Draghi. Las administraciones públicas se encargarán de que el retorno a la presencialidad en el trabajo, se de "en condiciones de seguridad y en el respeto a las medidas contra la COVID-19", informó este viernes el Gobierno italiano.
Ese mismo día entra en vigor en Italia, la medida por la que todos los trabajadores del sector público y privado deberán presentar el certificado sanitario del coronavirus, para acceder a sus puestos de empleo. Este "pase verde", como se llama en Italia, ya se exige para determinadas circunstancias, como el acceso al interior de bares y restaurantes, gimnasios, museos o convenciones. Y ahora se pedirá a todos los empleados del sector público y privado.
Desde esa fecha y hasta el 31 de diciembre, sin el pase sanitario no se podrá acceder a ningún lugar de trabajo, ya sea público o privado; una medida que afecta a 23 millones de trabajadores. Quienes no presenten el certificado o lleven una falsificación, se enfrentarán a multas económicas e incluso, hasta la suspensión temporal del empleo. Aunque esto no significa que puedan ser despedidos, dijo recientemente el ministro de Trabajo, Andrea Orlando.
Esta norma sembró dudas acerca de, cómo se aplicará en la grandes empresas y cuál será la reacción de los trabajadores; ya que hay todavía millones de personas mayores de 30 años, que aún no han sido vacunadas. El 77,08% de la población mayor de 12 años de Italia, ha sido vacunada contra el coronavirus con la pauta completa. Mientras que las reservas de las vacunaciones aumentaron, entre un 20 y un 40% tras la obligación del certificado a los trabajadores.
Actualidad Laboral / Con información de swissinfo.ch