La concentración y la inteligencia emocional han demostrado tener un buen número de ventajas, como por ejemplo descansar mejor, aumentar nuestra productividad, e incluso evitar que comamos entre horas. Pues bien, según un reciente estudio, ahora podría tener otro elemento positivo.


Y es que, según investigadores de las universidades de California, Berkeley y Standford, la inteligencia emocional nos podría ayudar a aumentar nuestros niveles de compasión. De esta forma, seríamos capaces de gestionar mejor el trato con personas “tóxicas” o “difíciles”.


En este estudio, los investigadores analizaron el comportamiento diario de 51 adultos que participaron en la “Compassion Cultivation Training” de Stanford. Como su nombre indica, ésta CCT tenía como objetivo enseñar a los asistentes a “cultivar su compasión”.


El programa estuvo supervisado por un equipo de psicólogos y expertos, como Thupten Jinpa, el principal traductor del Dalai Lama.


Mientras asistían al curso, los participantes usaron una app para apuntar dos veces al día su estado emocional, eligiendo entre cuatro opciones: ansiedad, calma, fatiga o expectación. Además, también registraban cómo de capaces se sentían de gestionar lo que estaban sintiendo.


Asimismo, semanalmente enviaban feedback sobre las estrategias que utilizaban para dominar sus sentimientos, ya fuese simple aceptación o tratar de controlar sus reacciones ante malas situaciones.


Los resultados fueron evidentes: los investigadores descubrieron que practicar la compasión (entiéndase compasión como la capacidad de reconocer el sufrimiento de otro ser humano, y la voluntad de aliviar dicho sufrimiento) aumentaba considerablemente la calma.


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Y lo más importante: descubrieron que era posible enseñar a la gente a ser más empática. En cuanto a los trucos para tratar con gente tóxica y tener más compasión que nos proponen estos expertos, la verdad es que son bastante sencillos:




  • Presta atención a lo que te rodea y a ti mismo. Párate y piensa en cómo te sientes y por qué. Averigua qué es lo que necesitas con un par de respiraciones profundas.

  • Intenta imaginar que eres la otra persona. Tómate tiempo para considerar la vida desde su perspectiva. Date cuenta de que es como tú, de que tiene familia, amigos, sueños… y también algunas cosas de las que se avergüenza.

  • Deja pasar las cosas. Sé consciente de que algunas personas o situaciones pueden causarte ansiedad. Deja que aparezcan más opciones ante malas situaciones, además del conflicto o la evasión. Permite que tu cerebro se relaje, en lugar de obsesionarse.

  • Practica sin miedo a equivocarte. Empieza con lo que te sea más fácil, tratando de ser compasivo con gente que con la que te llevas bien, y de ahí avanza a los que te resulten más difíciles de tratar.


 Actualidad Laboral / Con información de TicBeat