Durante meses buscas un empleo que se adapte a tus características profesionales y necesidades personales. Analizas con detención cada portal de empleo, sitio web o aviso que promete ayudarte a encontrar ese empleo ideal hasta que finalmente das con la oferta adecuada. Te preparas con toda la energía para la entrevista pues sabes que se trata del empleo de tu vida, te esfuerzas tanto que puedes afirmar que el reclutador ha quedado a gusto con lo que puedes ofrecer a la empresa. Están a punto de contratarte, pero antes necesitan una prueba más… tu ADN.

Por más extraño que parezca, los más destacados especialistas manejan la posibilidad de que en un futuro las empresas puedan considerar el material genético como una prueba más a la hora de elegir un candidato. Además de evaluar sus conocimientos en la materia, su aptitud para el puesto en cuestión y la entrevista personal, los futuros empleadores podrían solicitar pruebas de ADN antes de decidirse por contratar a un trabajador.

En el 2013 la Universidad de Harvard demostró esta posibilidad anunciando al mundo que determinados genes pueden indicar las posibilidades de éxito que tendrá una persona al ocupar puestos de responsabilidad en una empresa. Dos años después la Universidad de Kansas fue un poco más allá y vinculó de forma directa los genes con la capacidad de liderazgo. Ya en el 2016 un grupo de investigadores de la Universidad de Duke asoció la información genética al éxito laboral, aclarando aún más el camino para las empresas.

Recientemente, estas teorías fueron retomadas por el especialista en tendencias empresariales y tecnológicas David Furlonger y el analista Stephen Smith, en un trabajo para Gartner, una de las empresas de investigación de tecnologías de la información más destacadas de Estados Unidos y el mundo. Estos investigadores afirman que en el futuro las empresas buscarán utilizar el material genético de sus candidatos para elegir al profesional ideal para el puesto que ofrecen.

Si los genes pueden determinar determinadas aptitudes, no sería extraño que las empresas buscaran utilizar esa información como forma de mejorar sus procesos de selección. El problema no solo radica en la falta de precisión que en la actualidad presentan los estudios que investigan esta temática, sino que además implica algunas cuestiones legales difíciles de resolver en el corto plazo. La discriminación genética está prohibida en España, por lo que las empresas no podrían acceder actualmente a estos datos de forma libre, haciendo que hoy en día sea imposible utilizar el ADN para seleccionar a un candidato.

En un futuro, si el mercado así lo demanda, esto podría regularse. Pero por el momento la única alternativa para las empresas son precisamente los candidatos, que podrían brindar su propia información genética de forma voluntaria como forma de demostrar mayor interés por un puesto y así aumentar sus posibilidades de acceder a un contrato.

Lo cierto es que, si bien por el momento es tan solo una posibilidad, en un futuro no muy lejano tu ADN podría ayudarte a encontrar empleo.

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