Una encuesta realizada a varios profesores de Estados Unidos asegura que los estudiantes que deciden viajar a otros países y ciudades mejoran en algunas competencias que pueden ser vitales a la hora de, en el futuro, acceder a una universidad o puesto de trabajo. Aspectos como la sociabilidad, comunicación, independencia y resolución de problemas son algunas de las condiciones personales que más se potencian en este tipo de experiencias.

Un estudio realizado por la Asociación de Viajes de Estudiantes y Jóvenes (SYTA), publicada por INC y que incluye una encuesta a 1.432 profesores estadounidenses de crédito internacional, estima que los viajes -durante la época de estudio- afectan positivamente al futuro profesional de los jóvenes. De hecho, el informe de SYTA fija un ascenso de los refuerzos positivos en materia de tolerancia, flexibilidad, respecto y amplitud intelectual, entre otros.

En concreto, los estudiantes que realizan viajes al extranjero potencia en su deseo de viajar en el 76% de los casos. También aumenta la tolerancia hacia otras culturas y grupos étnicos (74%), la voluntad por aprender (73%), adquieren una mayor disposición a probar diferentes alimentos (70%), mejora su independencia, autoestima, confianza y curiosidad intelectual (69%) así como su tolerancia general y respetuosidad (66%) o capacidad de adaptación y sensibilidad (66%) y su comunicación (51%). Finalmente, los datos revelan que viajar aumenta las posibilidades de admisión a la universidad en un 42% de los casos.

Si enviar a un hijo al extranjero no es una opción viable, este estudio apunta a que los viajes dentro del territorio nacional también aportan beneficios similares a los estudiantes, que no ven una correlación con la distancia o la duración de los mismos.

De hecho, según los expertos, lo que crea una mejora de las capacidades generales de estos alumnos es la obligación de tener que aprender a desenvolverse lejos de su zona de confort. Por ello, desde INC sugieren que es importante potenciar los estímulos externos y retos desde el propio ámbito familiar.

Tener que moverse por una ciudad, aún si es el lugar de residencia, sin gps, mapas virtuales o tecnología que facilite el desempeño por llegar a un lugar concreto, probar distintos tipos de cocina o realizar actividades a las que no se esté acostumbrado permiten también desarrollar estas capacidades, a una escala o ritmo diferente, sin tener que gastar dinero en aviones, trenes o barcos.

Actualidad Laboral / Con información de Equipos y Talento