El uso de la tecnología de reconocimiento facial divide y en Bruselas esta semana preparan un gran debate sobre la inteligencia artificial, con la finalidad de prevenir cualquier exceso.
Para regular un sector en pleno crecimiento y ampliamente dominado por Estados Unidos y China, la Comisión Europea va a presentar un "libro blanco" con directrices de acción.
Tras consultar a todas las partes implicadas -empresas, sindicatos, sociedad civil y a los gobiernos de los 27 Estados miembros-, espera presentar propuestas legislativas a final de año.
Entre los asuntos sensibles está el reconocimiento facial en masa. "Lo que he visto en Kong Kong realmente me ha espantado", admitía hace unos días ante la prensa la vicepresidenta de la Comisión Europea de la Competencia, Margrethe Vestager.
Durante las manifestaciones contra Pekín "la gente recibió un mensaje en su teléfono: 'sabemos que estás ahí, deberías volver a casa'. No es realmente un apoyo a la libertad de reunirse o expresarse", lamentó.
Pero por otro lado, el reconocimiento facial ya se utiliza ampliamente en muchos campos: para desbloquear los teléfonos inteligentes o pasar rápidamente los controles de los aeropuertos.
De hecho, Vestager no tiene en mente pedir su prohibición, lo que necesitaría el apoyo de los Estados miembros, sino que preconiza una amplia reflexión.
La exministra danesa de Finanzas insistió en el hecho de que habría que vigilar que cualquier reglamentación futura no beneficie solo a las grandes empresas en detrimento de las pequeñas y medianas (PME).
"Deberíamos encontrar los medios para que las pequeñas empresas que quieren trabajar en este sector puedan realmente hacerlo", dice.
Actualidad Laboral / Con información de AFP