31-03-2017
La Unión Europea suavizó el viernes su posición pública ante la salida británica del bloque, cuando el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, apuntó a algo de flexibilidad que permitiría conversaciones sobre la nueva relación con Gran Bretaña antes de que se complete el proceso de divorcio.
El borrador de hoja de ruta, al que tuvo acceso Associated Press, señala que la UE y Gran Bretaña deben "acordar el desenganche" británico de la UE en primer lugar. Sin embargo, una vez haya un principio de consenso en el trato recíproco a los ciudadanos de los países negociadores, compromisos presupuestarios, claridad legal para empresas que operan en Gran Bretaña y una solución para la frontera irlandesa con Gran Bretaña, la UE estaría dispuesta a mirar más allá.
"Una vez, y sólo una vez que hayamos logrado suficientes progresos en la salida, podemos hablar sobre el marco de nuestra relación futura", dijo Tusk en Valletta, Malta. El presidente del consejo dijo confiar en que ese punto pudiera alcanzarse el próximo otoño.
Para señalar ese momento hará falta una cumbre de los otros 27 jefes de gobierno de la UE.
La hoja de ruta también señala que la situación de los ciudadanos de la UE que viven en territorio británico y viceversa es una prioridad y pide "soluciones flexibles e imaginativas" para la cuestión de la frontera terrestre entre Gran Bretaña e Irlanda, miembro de la UE.
Tras una reunión el viernes, las autoridades europeas advirtieron que los dos años de negociaciones sobre la salida británica iniciados esta semana serán difíciles, pero hicieron hincapié en que no quieren un conflicto diplomático o económico abierto. Tusk presentó a los miembros de los demás 27 países el borrador de la UE para las negociaciones.
También señaló que la UE no castigará a Gran Bretaña en las negociaciones porque el Brexit ya es "suficientemente punitivo". Por su parte, el titular de la presidencia rotatoria de la UE, Joseph Muscat, recalcó en que las negociaciones serán duras, pero "no será una guerra".
Tusk apuntó que no habrá conversaciones paralelas sobre la salida británica y su relación futura con la UE, aunque sí dijo que las negociaciones podrían llegar a una segunda fase si hay "suficiente progreso" en las conversaciones de salida.
No definió qué clase de progreso tendría que darse, pero señaló que los 27 países de la UE tendrían que dar su visto bueno antes de pasar a la segunda etapa.
Tusk también rechazó la idea de que hubiera una amenaza implícita en la carta de la primera ministra británica, Theresa May, para activar el proceso de salida. Algunas personas interpretaron que la misiva insinuaba una relación entre el intercambio de información de inteligencia y que Gran Bretaña obtuviera un buen acuerdo con la UE.
"Conozco bastante bien a Theresa May y conozco su visión en este asunto. Por eso descarto esa clase de interpretación... de que se esté empleando la cooperación en seguridad como moneda de cambio. Debe de ser un malentendido", afirmó.
A su vez, el secretario británico de Exteriores, Boris Johnson, insistió en que el compromiso británico con la defensa y la seguridad europeas es "incondicional" y "no una moneda de cambio en ninguna negociación".
En declaraciones en Bruselas a su llegada a una cumbre de la OTAN el viernes, Johnson dijo que ha encontrado una reacción positiva de los socios europeos desde la declaración formal británica de que abandonaría la UE, a pesar de las preocupaciones a ambos lados del Canal de la Mancha por el Brexit.
"Ahora estamos progresando de verdad. Hay mucha buena voluntad, disposición a conseguir lo que la primera ministra ha dicho que quiere conseguir", dijo.
El gobierno británico activó el proceso de salida el miércoles con la carta de May a la UE y comenzó a definir el jueves cómo planea convertir miles de normas europeas en legislación británica con una Gran Ley de Revocación.
Actualidad Laboral / Con información de AP