La Unión Europea ha alcanzado un acuerdo para aplazar por segunda vez la salida del Reino Unido de la organización, en esta ocasión, del 12 de abril al 31 de octubre, según fuentes diplomáticas. El pacto, aceptado por la primera ministra británica, Theresa May, concede más tiempo a Londres para ratificar el acuerdo de salida, como deseaba Alemania, y permite excluir al Reino Unido de la próxima Comisión Europea, como planteaba Francia.
El riesgo del difícil equilibrio es que el nuevo pacto no sirva ni para añadir presión al Parlamento británico para que apruebe el acuerdo de salida, como deseaba el presidente Emmanuel Macron, con una prórroga muy corta (hasta finales de junio) ni para asustar a los euroescépticos británicos con la perspectiva de una cancelación del Brexit, como aspiraba la canciller alemana, Angela Merkel, con su plan para un aplazamiento hasta 2020.
"Siempre es mejor tener un poco de algo que mucho de nada", se consoló el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, firme partidario de aplazar la salida del Reino Unido hasta dentro de un año. "Quizá no esté feliz, pero sí satisfecho con esta solución", añadió Tusk.
Ni Tusk ni el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se atrevieron a dar por definitiva la nueva fecha de salida, vistos los antecedentes en Londres desde el referéndum del Brexit en junio de 2016. "Veremos en octubre qué pasa", señaló Juncker. "Nuestro deseo es que el Reino Unido esté listo para entonces", apuntó Tusk. "Pero soy demasiado viejo para excluir ningún escenario, todo es posible", añadió el polaco. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, sostuvo que "nadie quiere un Brexit duro pero no se descarta una salida desordenada".
El acuerdo se ha logrado tras varias horas de negociación entre los 27 socios comunitarios en torno a la conveniencia o no de retrasar de nuevo el Brexit. May había solicitado una prórroga hasta el 30 de junio, con el compromiso de buscar un acuerdo con la oposición laborista para formar una mayoría parlamentaria a favor del acuerdo de salida, bloqueado en Westminster desde el pasado mes de noviembre.
Pero la mayoría de los líderes europeos tienen escasa confianza en la capacidad de May para lograr su objetivo, al menos a corto plazo. Y han preferido optar por una prórroga algo más larga, con la esperanza de despejar el horizonte comunitario del conflicto en torno al Brexit.
El pacto logrado busca un equilibrio entre los partidarios de ganar tiempo, para ver la evolución política en el Reino Unido, y quienes desean una fecha límite para zanjar de una vez el proceso de salida. El primer grupo estaba encabezado por Merkel. Y el segundo, por el presidente Macron.
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