Casi un año después de las elecciones que llevaron al poder a Imran Khan, el primer ministro de Pakistán y ex jugador de críquet, se enfrenta a la ira de la población frente al aumento de los precios y a la mala situación económica. Khan, que en 1992 llevó a su país a la victoria en el mundial de críquet, un deporte que apasiona a los paquistaníes; advirtió durante la campaña electoral que no había motivo para tener pánico. Pero desde su llegada al poder, la rupia (moneda oficial del país) perdió casi un 30% de su valor, la inflación fue de casi un 9% y podría continuar subiendo.


"El precio de los tomates está tocando el cielo", dijo a la AFP Shama Parveen, de 30 años, que tuvo que andar varios kilómetros bajo el calor en Karachi (ciudad más poblada de Pakistán) para buscar verduras más baratas. "La vida ahora es dura.


"Tengo que ganar al menos mil rupias [6,30 dólares] diarias para cubrir mis gastos", asegura por su parte Mohammad Ashraf, que vende tinte de henna.


Los analistas advierten que el crecimiento de la economía en Pakistán –con una desaceleración prevista este año al 2,4% del PIB– no es suficiente para hacer frente al crecimiento de la población; incluso, con la ayuda de un reciente préstamo de 6.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI). Pakistán tiene además una relación compleja con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que aprobó varios planes de rescate de su economía. Khan tiene por su parte préstamos de "países amigos", como China y Arabia Saudita que pueden evitarle tener que recurrir al FMI, aunque no será suficiente, según los analistas.


rupias-pakistan


Los paquistaníes enfrentan un ciclo económico que parece no tener fin, con medidas de austeridad que afectan a millones de pobres y proyectos no cumplidos de reformas estructurales. Este mes los operadores financieros hicieron una huelga de un día y el pasado viernes, 8.000 personas se manifestaron en la ciudad de Rawalpindi para protestar contra el aumento de precios. "Este gobierno ha fracasado completamente [...]. Están haciendo al país más pobre cada día que pasa", dijo a la AFP Ayaz Ahmed, un graduado universitario de 32 años que participó en esa manifestación.


El jueves, el día que se cumple un año de la llegada de Khan al poder, los partidos de oposición convocaron grandes manifestaciones de protesta. Las protestas se canalizan en muchos casos en las redes sociales porque, para muchos, ir a una manifestación es un lujo que no se pueden permitir. "No puedo permitirme perder ni uno solo día de ingresos", dijo Naseem Akhtar, un vendedor de especias de Karachi.


Imran-Khan-Primer-ministro-pakistan


Asghar Ali, un profesor asociado de economía de la universidad de Karachi, estima que hasta ocho millones de personas podrían caer por debajo del umbral de la pobreza.


Según Shahid Hasan Siddiqui, presidente del Research Institute of Islamic Banking, la situación es "peor que la de 1998, cuando el país sobrevivió a las sanciones internacionales, tras llevar a cabo pruebas nucleares". Las estimaciones indican que solo el 1% de la población de Pakistán paga impuestos. El gobierno de Khan está intentando ampliar ese porcentaje pero, no está claro si tendrá éxito. Para Siddiqui, una amnistía fiscal del gobierno "permitió a los ricos blanquear su dinero negro con un impuesto de solo el 1,5%" mientras que, "cada pobre que compra productos básicos tiene que pagar un impuesto [al consumo] del 17%".


Actualidad Laboral / Con información de AFP