29-05-2017
Al menos un civil muerto y cuatro policías heridos de bala es el saldo de una protesta contra una minera de níquel de capital ruso en el Caribe de Guatemala, informó la Policía.

Los inconformes también quemaron la sede de la Policía del pueblo de El Estor, Izabal, 155 km al noreste de la capital, así como la casa del alcalde del lugar, Rony Méndez, indicó a periodistas el vocero de la Policía Nacional Civil, Jorge Aguilar.

Los incidentes se registraron luego que decenas de policías desbloquearan un tramo carretero con gases lacrimógenos, tras agotar el diálogo, afirmó.

Sin embargo, los policías fueron "emboscados a balazos desde diferentes puntos" lo cual dejó como saldo un civil muerto en el lugar y cuatro agentes de las Fuerzas Especiales de Policía heridos, agregó.

Debido a los disturbios, las autoridades desplazaron a 500 policías a la zona para restablecer el orden público y el Estado de derecho, así como para consignar a los responsables de estos hechos, afirmó.

Los manifestantes protestaban por la supuesta contaminación del Lago de Izabal y el Río Dulce, que afecta a pescadores artesanales, por las operaciones de la Compañía Procesadora de Níquel de Izabal (PRONICO), subsidiaria de la rusa Solway Investment Group.

El 14 de agosto del año pasado, una explosión en la zona de calderas de la mina dejó cinco personas muertas y cuatro heridas.

La firma rusa creó PRONICO en diciembre de 2013, luego que en septiembre de 2011 adquirió los derechos de los proyectos mineros Fénix y Montúfar a la Compañía Guatemalteca de Níquel (CGN).

La compañía fue diseñada para la producción de 'ferroníquel' un producto con contenidos de 2 partes de hierro y 1 de níquel, que se vende como producto final en los mercados internacionales, según la página de internet de la empresa.

El complejo industrial fue inaugurado en mayo de 2014 tras ser rehabilitado y reconstruido pues la instalación fue construida a finales de los años 70 para operar durante 3 años y quedó abandonada desde 1982.

La actividad minera en Guatemala se realiza bajo la protesta de ambientalistas, campesinos e indígenas, que se oponen a la explotación de minerales y a la construcción de megaproyectos por considerarlos una amenaza para los recursos naturales.

Actualidad Laboral / Con información de Estrategia y Negocios