08-12-2022

La tarde del 3 de marzo, Nicolás Maduro anunció el primer y hasta ahora único aumento de salario mínimo en el año 2022. En el Poliedro de Caracas, en un evento con la Central Bolivariana de Trabajadores, Maduro decretó un incremento salarial que situó el ingreso mínimo en medio petro, cuya cotización entonces era de 57,81 dólares. El sueldo mínimo se ubicó en 130 bolívares o 29 dólares, según el tipo de cambio oficial en ese momento.


«Al llegar el crecimiento económico, ahorrando parte de los impuestos y garantizando la emisión de bolívares limpios, con la riqueza petrolera, con la venta de oro, con las reservas internacionales, garantizando la emisión de bolívares reales, vamos a un plan de recuperación del salario mínimo nacional (…) controlando la inflación que no se dispare, controlando el tipo de cambio«, dijo Maduro entonces.


El aumento salarial anunciado por Maduro en marzo, una medida que incluyó la dolarización de los bonos gubernamentales, representó un incremento del ingreso mínimo de los trabajadores de 1.700 %, según la firma Síntesis Financiera.


Contrario a lo que aseguró el gobernante al referirse al control de la inflación y del tipo de cambio, son esos dos elementos los que permiten explicar, por una parte, la devaluación del salario que, 9 meses después, equivale a poco más de 10 dólares y, por otro lado, dan cuenta de la política económica del Gobierno.


2023 luce como un año más desafiante para la administración de Maduro en el plano económico y político ante las persistentes demandas de los diversos sectores laborales que claman por salarios y pensiones que les permitan cubrir las necesidades básicas, como salud y alimentación, frente a una canasta alimentaria que, de acuerdo con cálculos del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), alcanzó en noviembre los 366 dólares o 4.095,95 bolívares.


En ese contexto, y como recuento de parte de la política económica del Gobierno a lo largo de 2022, El Pitazo consultó las perspectivas de los economistas Tamara Herrera, directora de la firma Síntesis Financiera; Ángel Alvarado, fundador del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), y por el sector empresarial y gremial a Carlos Fernández, presidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras).


Entre la recesión y la expansión


El desafío de la administración de Maduro es cómo ejecutar un plan de reformas económicas que le permita al país moverse de la recesión persistente a la expansión económica, lo que incluye una mejora de los salarios, en medio del conflicto político que prevalece.


En marzo, Maduro aseguró que su administración tenía «pulmón para aguantar» en lo económico. En ese momento, el gobernante aludió a un elemento que la directora de la firma Síntesis Financiera destaca como clave para lo que prevé sea el próximo incremento salarial en el primer trimestre de 2023: la recaudación de impuestos.


«El próximo aumento debe ser importante. A mi juicio va a volver a ocurrir en marzo y la razón es que eso ayuda al Gobierno a financiarlo, porque el problema que tiene el Ejecutivo es que debe buscar cómo financiarlo y marzo es el mes de mayor recaudación de tributos; eso le facilita una mayor cobertura», explicó la economista.


Ante el avance del tipo de cambio en el cierre del año, que solo en noviembre representa una devaluación del bolívar de 43 %, según el OVF, Herrera destaca que el gobierno de Maduro está entrampado en el esquema de su política económica, que tiene como un pilar las intervenciones cambiarias del Banco Central de Venezuela (BCV), que Síntesis Financiera calcula en 3.500 millones de dólares para el cierre de 2022.


«La capacidad para contener es muy limitada y no se puede compensar todo a punta de incremento salarial, eso lo sabe el Gobierno y conoce bien lo que le puede costar un incremento salarial y la forma en cómo hacerlo. Por eso tiene el desafío de escoger uno que sea de una intensidad que pueda manejar«, explica la economista.


Cuando decretó el aumento salarial de marzo, Maduro también aludió tanto a las reservas internacionales como a los ingresos petroleros hasta ese momento, un aspecto del que, de acuerdo con el fundador del OVF, hay menos certezas al cierre de 2022.


«El gobierno tiene un serio problema fiscal. Los precios del petróleo han mermado y la producción petrolera está declinando. No puede hacer ajustes porque se le irá la inflación de las manos aún más», resaltó Alvarado vía telefónica.


Según cálculos del OVF, la aceleración de la inflación en noviembre, que se situó en 21,9%, se produjo en un contexto de pérdida de reservas internacionales de 1.154 millones de dólares con respecto a noviembre de 2021.


Consensos y acuerdo tripartito


El próximo mes de febrero se espera una tercera visita de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), instancia internacional que contribuyó a la instalación del Foro de Diálogo Social, con participación de sindicatos, Gobierno y Fedecámaras, tres representaciones que tuvieron dos encuentros este año para la discusión de un esquema remunerativo viable, entre otros asuntos.


En marzo, el propio Maduro, tras anunciar el aumento salarial, pidió una discusión de la medida, en diálogo social y laboral «como manda la OIT», dijo entonces el gobernante.


Consultado por El Pitazo, el presidente de Fedecámaras destacó «la falta de proposiciones audaces» en un esperado acuerdo tripartito, para una resolución a lo que consideró el principal problema económico del país: la insuficiencia de los ingresos de los trabajadores.


«Tenemos que abordar ese tema con madurez. Por eso es necesario un esfuerzo de todos los actores sociales de la mesa y de los políticos. Ojalá se pueda llevar este asunto también a México, porque necesitamos desatar los nudos de la producción y de la creatividad en Venezuela», resaltó Fernández.


De acuerdo con el representante de Fedecámaras, solo 34 % de la fuerza económicamente activa del país tiene un empleo formal, 18 % en el sector privado y 16 % en el público.


Señales necesarias


Sin certezas de afianzar un aumento considerable de los ingresos petroleros, el Gobierno no cuenta con la capacidad financiera para atender una demanda de incremento de salario, que ubique el ingreso mínimo de los trabajadores muy por encima de lo que fue el equivalente registrado en marzo, de casi 30 dólares, según la directora de Síntesis Financiera.


La economía venezolana redujo su tamaño durante 27 trimestres consecutivos, desde 2014 hasta el tercer trimestre de 2021. En el segundo trimestre de 2022, el tamaño de la economía venezolana era de apenas 21 % del que tenía en el segundo trimestre de 2012, según cálculos del OVF.


En ese contexto, advierte Herrera, es fundamental la implementación de reformas gubernamentales que envíen señales para afianzar los espacios de inversión en el país, el aumento de la producción y la productividad, eso incluye, además de un plan económico, lo institucional y jurídico.


El complejo panorama económico de Venezuela en 2022 incluye la inflación más alta de la región, el encaje legal más alto del mundo y el rechazo a la demanda y el uso de bolívares, pese a una medida como el Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (Igtf), un aspecto que, incluso, la propia ministra de Finanzas y vicepresidenta Delcy Rodríguez, reconoció como una tarea nada sencilla para el Gobierno.


«No es fácil el fortalecimiento del bolívar, lo confieso como ministra de Finanzas«, dijo Rodríguez en un evento de Conindustria esta semana, cuando reiteró las consecuencias de las sanciones internacionales y ratificó una política económica «en concordancia con ingresos y gasto público».


«El costo recesivo de salir de la hiperinflación es considerable. El nivel salarial en Venezuela es inaceptable y el Gobierno tiene el desafío de moverse de una política recesiva a una expansiva, de producción. Eso solo puede ser posible con reformas económicas, corrección de precios relativos, cambios en los espacios de inversión, para que suban cada vez más y mejor los salarios», concluyó Herrera.


Cálculos de la firma consultora Ecoanalítica dan cuenta del impacto de la profunda crisis económica del país y de la recesión que arrastra Venezuela, cuyo Producto Interno Bruto nominal pasó de 350.000 millones de dólares en 2012 a 50.000 millones de dólares en 2022.


Actualidad Laboral / Con información de El Pitazo