Que pasamos la mayor parte de nuestra vida en la oficina, es un hecho, y aunque el teletrabajo ha venido para demostrar que otra modalidad de trabajo se puede concebir y es posible, todavía queda un tiempo para que se normalice y se implante.
Aunque en la cultura de cualquier empresa que se precie debería estar el mantener satisfechos a los empleados, así como velar por las buenas relaciones entre los equipos, a la hora de la verdad estos propósitos son mucho más complicados de lo que pueda parecer, y no se solucionan con 'viernes de cervezas' u otra clase de celebraciones alternativas.
Al pasar tanto tiempo en la oficina y establecer relaciones tan estrechas con el resto de trabajadores, es curioso que aún hoy nos cueste comprender que pueden desarrollarse enfermedades mentales a partir de sucesos traumáticos en el ámbito de la empresa. Y, sin embargo, es posible que usted conozca personalmente uno o más casos de bajas por depresión, que en muchas ocasiones vinieron incentivados por malas relaciones laborales o problemas con los superiores.
Un reciente artículo publicado en 'BBC' menciona un hilo de Twitter que se hizo viral hace unos meses, en el que varias personas compartían sus pensamientos acerca del estrés de vivir en un ambiente laboral tóxico: hasta los pensamientos de socializar en la oficina o tener que acudir a un viaje de negocios podían provocar dolores en el pecho u otros problemas de ansiedad.
Los traumas provenientes de entornos laborales tóxicos pueden tener muchísimas causas: intimidación, 'mobbing', falta de límites entre la vida laboral y la privada... ¿Es fácil superarlo cuando la persona en cuestión hace borrón y cuenta nueva y comienza en una nueva empresa o cambia su situación? Según el doctor Chi-Chi Obuaya, psiquiatra colegiado en Londres, la situación del confinamiento y el teletrabajo no han mejorado esta situación: "Ahora existe una idea de que el presentismo debe ser obligatorio. Tienes que estar constantemente disponible en Zoom y que la gente vea continuamente lo que estás haciendo, lo que genera mucha presión", asegura que esto puede precipitar algunos trastornos mentales, especialmente en los lugares en los que el acoso ya era un problema de antes.
Para aquellas personas que han experimentado un trauma en el pasado, un entorno laboral tóxico puede ser especialmente preocupante. "Un lugar de trabajo hostil, un jefe agresivo, algunas dinámicas tóxicas con colegas... esto puede desencadenar recuerdos previos. Si la empresa no reconoce el problema y no brinda apoyo puede ser aún más difícil para la persona traumatizada procesarlo y podría acabar culpándose a sí misma", indica el psiquiatra.
Apunta que un factor importante en los problemas de empresas son los desequilibrios de poder entre jefes y trabajadores en aquellas empresas donde hay jerarquías y los empleados pueden encontrar especialmente difícil quejarse. "La falta de comunicación puede convertirse en un problema mayor cuando entran en juego dinámicas de género, raza o edad", explica.
Por suerte indica que también hay luz al final del túnel: un número cada vez mayor de personas reconocen el daño que causan los lugares de trabajo tóxicos y, como en el hilo de Twitter antes mencionado, la gente comparte sin miedo sus experiencias de insomnio, ansiedad o ataques de pánico que pueden provenir de entornos laborales tóxicos.
¿Cuál es la solución? Antes de nada, que los lugares de trabajo adopten campañas de apoyo para la salud mental de sus empleados, especialmente en la actualidad durante la pandemia de COVID. Sin embargo, no se sabe cuándo (o si) los lugares de trabajo comenzarán a cambiar.
En los trabajadores está el intentar promover un cambio cultural dentro y fuera del trabajo, y marcar los límites, así como la búsqueda activa de ayuda psicológica y profesional en caso de que se necesite, para que deje de considerarse un tabú. Asimismo, hay que comenzar a tomarse en serio los problemas y las experiencias propias, independientemente de si el lugar de trabajo lo apoya o no.
Actualidad Laboral / Con información de El Confidencial