Los servicios profesionales cubanos en el exterior son la principal fuente de divisas del gobierno y representan un estimado de $11,543 millones, según un artículo publicado en la prensa oficial.
Según José Luis Rodríguez, ex ministro de economía de la isla, la mayor parte de esos ingresos corresponden a los más de 50,000 profesionales de la salud que trabajan en unos 60 países en todo el mundo, de los que casi la mitad son médicos y especialistas en diferentes ramas de la salud.
El Anuario Estadístico de Salud 2016, publicado recientemente, revela que los profesionales cubanos están en 24 países de América Latina y el Caribe, en casi tres decenas de países africanos, en el Medio Oriente, Asia Oriental y el Pacífico. En Europa están presentes en Rusia y Portugal.
En 2014 el gobierno cubano dijo que el país recibía $8,200 millones por la prestación de servicios de salud en el exterior, una cifra que habría disminuido tras la caída del precio del petróleo y la crisis en Venezuela. También mantiene otros programas de cooperación de los que obtienen dividendos, como la exportación de profesionales en la educación, técnicos, ingenieros y entrenadores deportivos.
Venezuela es el principal mercado para los profesionales cubanos. Solo en el sector de la salud, se calcula que más de 28,000 profesionales cubanos prestan servicios en ese país como parte de los convenios que el gobierno del fallecido Hugo Chávez y su sucesor, Nicolás Maduro, pagan con petróleo.
Según Maduro, Venezuela ha invertido más de $250,000 millones en los convenios de servicios médicos entre ambas naciones desde 1999. Más de 124,000 profesionales cubanos de ese sector han trabajado en Venezuela, indicó el mandatario.
El segundo país en número de cooperantes es Brasil, que desde el inicio del programa Mais Médicos, en 2013, contrató a través de la Organización Panamericana de la Salud a 11,400 profesionales cubanos.
Tras la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, Cuba renegoció un aumento de 9 por ciento en el salario de sus profesionales. Brasil también les renovó el contrato tres años más. Sin embargo, los miles de cubanos que se han casado con brasileños para obtener la residencia permanente y los más de 1,600 que están en proceso para revalidar sus títulos y desprenderse de la tutela de La Habana han hecho que Cuba suspenda el envío de nuevos médicos para evitar las deserciones.
El gobierno, a través de la Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos, ofrece a sus profesionales en la isla, cuyo salario ronda los 40 dólares mensuales, algunas prebendas y mejor remuneración en caso que acepten irse a las misiones. En ningún caso los médicos y demás técnicos negocian directamente los contratos con el empleador, por lo que las autoridades cubanas se quedan con entre 50 y 75 por ciento de los ingresos.
Los familiares no pueden permanecer más de tres meses con los profesionales de las misiones, que deben regresar a Cuba cuando terminan sus contratos. De lo contrario, tienen prohibido el regreso a su país durante ocho años, según las normas migratorias vigentes.
Algunas organizaciones como Solidaridad Sin Fronteras, que ayudan a los médicos cubanos que deciden desertar de las misiones del gobierno, denuncian estos contratos como “el mayor caso de trata de personas de la historia moderna”.
Estados Unidos mantuvo hasta el 12 de enero pasado un programa especial de acogida conocido como Cuban Medical Professional Parole (CMPP) para acoger a los profesionales de la salud que escapaban de las misiones médicas.
EL CMPP, instaurado en 2006 bajo el gobierno de George W. Bush, fue un punto de fricción con La Habana, que reclamaba su eliminación. Más de 8,000 profesionales se acogieron a esos beneficios. Varios legisladores cubanoamericanos de la Florida han prometido trabajar para reanudar el programa.
El sistema de salud en la isla es gratis, universal y estatal. Un total de 493,368 personas trabajan en el sistema, de ellos 16,852 son dentistas, 89,072 enfermeros y 63,471 técnicos.
Tras el fin de los subsidios soviéticos, la calidad del sistema se desplomó. Los cubanos frecuentemente se quejan de la ausencia de especialistas. Recientemente, el gobierno comenzó a entregar facturas simbólicas para recordar a la ciudadanía que “la salud pública es gratuita, pero cuesta”.
Actualidad Laboral / Con información de El Nuevo Herald / Mario J. Pentón