Pese a las dificultades para conseguir dólares que padecen en su país de origen, los venezolanos siguen siendo los que compran más propiedades esta ciudad, resalta Lynda Fernández, de la Asociación de Agentes de Bienes Raíces de Miami, quien ha estado estudiado el comportamiento de los compradores inmobiliarios en Florida desde hace siete años.
“Lo hacen por distintas razones, por los problemas políticos y económicos en su país, o porque quieren tener una propiedad en Estados Unidos”, dijo en una entrevista con el Nuevo Herald.
Eso se ve en los números más recientes.
El año pasado, los venezolanos compraron 15 de cada 100 inmuebles vendidos en el condado, superando así el resto de nacionalidades. Los argentinos ocuparon el segundo puesto con el 11 por ciento, seguidos por los brasileños con 10 por ciento, de acuerdo con un estudio de la Asociación de Agentes de Bienes Raíces de Miami.
En términos de montos, los venezolanos seguían ocupando el segundo lugar con un total de US$868 millones gastados durante el 2016. El segundo lugar en dinero gastado lo ocupó Brasil con un total muy cercano de US$861 millones, lo cual demuestra que aún cuando los brasileños compraron un menor número de viviendas, éstas registraban un precio promedio mucho mayor por unidad.
En el caso de los argentinos, el total gastado sumó US$468 millones.
La tendencia se produce en medio de acusaciones de que el mercado inmobiliario de Miami está siendo impactado pordinero cuestionable proveniente de personas llegadas al régimen de Nicolás Maduro que se enriquecieron indebidamente bajo la sombra del chavismo.
No obstante, los expertos en Miami enfatizan que es muy dificíl determinar el origen del dinero que está entrando al mercado local, resaltando que los números también reflejan las compras de familias que se vieron obligadas a liquidarlo todo en Venezuela para huir de la dictadura.
Estados Unidos siempre fue atractivo para los venezolanos, “incluso durante la crisis de la burbuja inmobiliaria parecía atractivo. Sienten que es un lugar donde sus inversiones no correrán riesgos”, asegura Francisco Ángulo, agente de bienes raíces de la empresa Coldwell Banker.
Y la tendencia continuó incluso cuando las condiciones económicas del país comenzaron a empeorar. En el 2014, la tasa de depreciación del bolívar comenzó a ser más marcada, pero ese año las compras en Miami representaron el 16 por ciento de las adquisiciones hechas por extranjeros.
La situación ya para el 2016 era mucho peor, con la moneda venezolana depreciándose desde los 173 bolívares por dólar con que había cerrado el 2014 hasta llegar a los 3,164 bolívares al cierre del año pasado.
Eso quiere decir que quienes pagaron en dólares una propiedad en Miami en 2016 –al tipo de cambio al que tiene acceso el venezolano común –debieron comprar dólares a un precio cerca de 20 veces más alto que quienes lo habían hecho al cierre del 2014.
El economista Orlando Ochoa dijo que la razón por la que las compras inmobiliarias de venezolanos en Miami parecen no haberse visto impactadas por la acelerada depreciación del bolívar, podría estar vinculada al hecho de que la riqueza de muchos de ellos ya se encontraba acumulada en dólares fuera del país.
“Venezuela tiene empresarios en Miami, en el Caribe, Panamá y en pequeña proporción en República Dominicana. Estos son empresarios que se encuentran en stand-by a la espera que se resuelva la crisis”, concluye Ochoa.
Otra de las características que diferencia al inversionista venezolano de los demás es la forma de pago.
Ángulo indica que muchos extranjeros que llegan a Estados Unidos para escapar de los problemas económicos de sus países terminan rentando propiedades en vez de comprarlas debido a las dificultades de conseguir financiamiento.
“Las opciones de crédito son muy difíciles y las garantías en su país de origen se devalúan constantemente”, dijo.
Los extranjeros que han comprado propiedades lo han hecho porque tenían el dinero disponible y no requerían de financiamiento.
Y esa una de las principales características de los venezolanos.
De cada diez inversionistas de se país que compraron viviendas, siete lo hicieron pagando de inmediato en efectivo.
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