En las mañanas del fin de semana, James Conelly se dirige por la calle hacia el proveedor más cercano y más barato de café: su oficina.
El analista de datos de 28 años vive a poco menos de un kilómetro de su trabajo en Mountain View, California, gracias a un subsidio mensual de US$300 que recibe de su empleador, Addepar Inc., para alquilar su apartamento. Compañías como Addepar y Facebook Inc. ofrecen a los empleados que estén dispuestos a vivir cerca de sus instalaciones ayuda para alquilar, encontrar vivienda o hacer el pago inicial.
La práctica, a su vez, ayuda a estas empresas a captar trabajadores que se resisten a mudarse a zonas caras como Silicon Valley y la ciudad de Nueva York. Además, resaltan los gerentes, los empleados que viven en el vecindario a menudo trabajan hasta más tarde y se quedan con la empresa más tiempo.
“Mientras menos tiempo se gaste en los desplazamientos, más tiempo se puede pasar concentrándose en el trabajo o…en sus amigos y familiares”, dijo Lissa Minkin, directora de recursos humanos de Addepar, una compañía de software de gestión de patrimonio.
En 2012, después de los que ejecutivos observaron que el trayecto diario a la oficina afectaba a los empleados, la firma comenzó a ofrecer US$300 por mes para vivir dentro de un radio de un kilómetro y medio de la oficina en la costa oeste o de 15 minutos de distancia en Manhattan. Los que residen un poco más lejos pueden recibir US$150 mensuales. Los empleados pueden utilizar ese dinero para pagar su alquiler o una hipoteca.
Más del 40% de los 172 trabajadores de la compañía viven cerca de la oficina, dice Minkin, y la tasa de retención se ha incrementado en los últimos años.
Facebook es conocida por dar a sus empleados varios miles de dólares para mudarse a un radio de 15 kilómetros de sus instalaciones de Menlo Park, California. La empresa también los ayuda en la búsqueda de una vivienda. La compañía está viendo que cada vez más trabajadores se mudan cerca, dijo Lori Goler, jefa de recursos humanos de Facebook. El aumento de los alquileres se ha convertido en un tema candente para las empresas y los empleados del área de la bahía de San Francisco.
Las encuestas realizadas por Gallup han encontrado que el estrés y la preocupación de los empleados aumentan a medida que aumenta el tiempo de viaje a la oficina. Quienes tienen un trayecto más largo, además, son más propensos a sufrir dolores crónicos de cuello o de espalda, obesidad y colesterol alto. En 2013, un análisis de millones de evaluaciones de desempeño realizado por la empresa de datos Evolv Inc., adquirida en 2014 por Cornerstone OnDemand Inc., encontró que los empleados con viajes diarios de viaje inferiores a los 8 kilómetros permanecen en promedio en sus puestos de trabajo 20% más.
Conelly, la ejecutiva de recursos humanos de Addepar, dice que su anterior viaje de 45 minutos en tren y patineta le dejaba poco tiempo para otros intereses, como la música.
Los trabajadores que pasan tiempo libre juntos exhiben mayor confianza, productividad y creatividad en el trabajo, dice Loren Becker, que ayuda a los empleados del minorista en línea Zappos.com Inc. a encontrar vivienda cerca de la sede central de la empresa en Las Vegas.
“Si usted quiere pasar tiempo con la gente, es más apto para trabajar más arduamente”, dice Becker. “Hay una posibilidad de que vaya a quedarse hasta tarde y haga horas extras”.
Se estima que desde 2013 unos 300 empleados de Zappos se han trasladado a un radio de 6,4 kilómetros de la oficina. Muchos residen en los edificios de Downtown Proyect, la iniciativa de renovación urbana que cuenta con el respaldo del presidente ejecutivo de la empresa, Tony Hsieh.
Sin embargo, algunos trabajadores pueden encontrar este tipo de programas “asfixiante”, señala Nancy Rothbard, profesora de Gestión de la Escuela de Negocios Wharton, de la Universidad de Pennsylvania, que estudia los límites entre la vida laboral y la familia.
Rothbard ha identificado un subconjunto de trabajadores que ella denomina “segmentadores”, que prefieren separar su vida profesional de la personal. Las compañías que tienen políticas que borran esas fronteras conducen a los segmentadores a sentirse menos satisfechos y comprometidos con su trabajo, aunque personalmente no sean parte de esas políticas, dice.
Los subsidios también pueden perder atractivo a medida que cambian las vidas de los trabajadores.
Entre 2012 y 2015, Gusto, el fabricante de software para nóminas y beneficios salariales, pagó a sus empleados US$750 al mes para vivir a 10 minutos a pie de la oficina.
“Nuestra inspiración para el estipendio de vivienda era casi volver a nuestros días de la universidad”, dice el presidente ejecutivo, Joshua Reeves.
El porcentaje de empleados que utilizan el estipendio cayó a finales de 2014, y el año pasado muchos fueron padres. Gusto cambió el beneficio por un paquete de maternidad y paternidad que la empresa dice atrae a un grupo más amplio de trabajadores.
Actualidad Laboral / Con información de WSJ