La “reduflación“, una táctica frecuente de diversas industrias que consiste en reducir el tamaño de sus artículos para ocultar los aumentos de precio, volvió con la inflación pospandémica.
La reduflación se concibe como un modo de adaptación de la oferta a la presión inflacionaria, y se plantea para evitar una perturbación en la dinámica de transferencias hacia el mercado, y frente a la competencia. Por causa y respuesta, se configura entonces como una forma sigilosa de inflación.
Edgar Dworsky, que lleva un cuarto de siglo estudiando el fenómeno, dice que ha identificado decenas de productos que han reducido su tamaño en los últimos meses, desde rollos de papel higiénico Charmin hasta paquetes de cereales Cheerios o comida para gatos Royal Canin. El precio, sin embargo, sigue siendo el mismo.
En septiembre, el gigante de la alimentación General Mills (Cheerios en particular) argumentó el aumento de los costos de las materias primas y la mano de obra para justificar alzas tradicionales de precios pero también la llamada “arquitectura del precio del paquete” (price pack architecture, PPA), un término técnico que en realidad significa ajuste a la baja de la cantidad de producto por paquete, o “reduflación.”
Hace 20 años, sólo los consumidores más perspicaces se daban cuenta y “se quejaban en su rincón”, pero hoy, con internet, “es público”, subraya Dworsky.
En la red social Reddit, el grupo “Shrinkflation” (Reduflación) cuenta con 14,500 miembros, que comparten sus descubrimientos, más en modo lúdico que de protesta.
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