El “burnout” o desgaste laboral, descrito en las guías médicas como el resultado de la exposición prolongada a estrés del trabajo o un entorno profesional, puede verse agravado por las ventajas de la tecnología para estar permanentemente ubicable. En particular el celular y el Whatsapp, cree el máster en Psicología Clínica de la Pontificia Universidad Católica, Germán Morales.
El académico, quien dictó la conferencia “Desgaste emocional de terapeutas y operadores sociales en la era del cansancio” en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano también se refirió al efecto que tiene esta ubicuidad de la era digital en la vida cotidiana de las personas.
“Con el teléfono y las redes sociales desaparecen los límites del trabajo. Con el celular nos pueden llamar a cualquier hora, y nos terminamos explotando solos. Estamos en un contexto de cansancio asociado a una estructura de rendimiento que no discrimina entre el trabajo y el esparcimiento”, explica el profesional de la salud mental.
A esto suma el estrés que sufren quienes trabajan particularmente en áreas sociales y de alto rendimiento que a la larga genera un impacto emocional negativo. Esto es algo que no sólo sucede en hospitales y clínicas sino con otras disciplinas que involucran el trato con personas, señaló. “Muchas veces trabajar con el sufrimiento humano exige estar en contacto con una área tóxica. Es como trabajar con radiación”.
El efecto en el organismo de esta forma de estrés puede ir acompañada de fatiga crónica, ineficacia y negación de la situación. “¿Pero cómo lidiar con el desgaste?”, se pregunta Morales, quien propone un cambio de mirada en el que “se reconozca que esta ansiedad siempre se va a producir. Actualmente, el trabajador afectado por este estrés busca lidiar con esta situación de forma personal y eso va generando roces. Lo que hay que hacer es disminuirlo y aspirar a que el péndulo no llegue a la punta sino que se mantenga en un rango tolerable”, sostiene.
Actualidad Laboral / Con información de La Nación