La agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) dijo el martes que su trabajo en Yemen corre serio peligro por la propagación del coronavirus en un país dañado por la guerra, con un número creciente de familias que recurren a la mendicidad y el aumento del trabajo infantil y de los matrimonios con menores.
Alrededor del 80 por ciento de la desnutrida población de Yemen depende de la ayuda humanitaria, lo que llevó al país a sufrir la mayor crisis humanitaria del mundo incluso antes de la aparición del coronavirus.
La semana pasada, Naciones Unidas afirmó que su sistema sanitario “ha colapsado”, estimando que el virus se está propagando por todo el país, por lo que solicitó financiación urgente.
“Estamos llegando a un posible punto de quiebre, de modo que si no recibimos pronto más financiación, muchos de nuestros programas y en particular los de inyección de efectivo a los yemeníes desplazados en el interior del país podrían tener que ser interrumpidos”, dijo en una reunión informativa virtual Charlie Yaxley, portavoz de ACNUR.
“Estamos viendo un número creciente de familias que recurren a mecanismos de supervivencia perjudiciales como la mendicidad, el trabajo infantil y el matrimonio de menores”, añadió.
ACNUR proporciona programas de ayuda con dinero en efectivo a alrededor de 1 millón de desplazados internos que dependen del dinero para obtener alimentos, medicinas y refugio, dijo la agencia.
El país, cuya población presenta uno de los niveles más bajos del mundo de inmunización ante enfermedades, está dividido entre un Gobierno respaldado por Arabia Saudita con sede en Adén y su enemigo, el movimiento hutí, aliado de Irán, en el norte del país.
Actualidad Laboral / Con información de Reuters